Décimo punto

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Sé que dije quererte, que prometí no engañarte, dije intentar ser transparente y sincera, pero todo lo dije cuando tuve miedo a perderte. Y sabes que nunca me ha gustado hacer promesas en vano, pero contigo todo cambiaba. Te hubiera prometido bajarte una estrella si así conseguía mantenerte a mi lado. Que por tu dulce y honesto amor me convertí en la peor de la mentirosas, y es que yo te hubiera dicho la verdad desde el principio pero sabía que te habrías marchado tal y como hiciste al final.
Llámame egoísta, en el fondo es verdad.
Imaginé una historia a tu lado olvidando que no somos iguales.
Tú siempre has sido muy esquemático y muy tradicional, siempre esperaste encontrar una princesa de cabellos dorados con quién crear la historia perfecta, y por cosas de la vida me encontraste a mí que soy todo lo opuesto.
Procuraste explorar cada centímetro de mí porque decías que era el mayor misterio que habías visto.
'¿Qué ocultas?' Preguntaste cuando me conociste.
'Nada' mentí.
Decías que los ojos son la puerta a los más oscuros secretos, por eso nunca pude sostenerte la mirada, por miedo a que descubrieras lo que guardo bajo la piel.
Dijiste que te gustaban mis ojeras y que necesitabas saber a qué se debía tanto desorden en mi vida. Insistí en que no te convenía saberlo ni conocerme, pero en terquedad no te gana nadie.
Leíste mis poemas y viste mis ordinarios dibujos cien mil veces para entenderme mejor.
Te regalé varios de ellos y los guardaste en tu vieja libreta donde resolvías problemas de matemáticas.
Me guardaste con tus demás problemas.

'Quiero descifrarte' dijiste aquél día cuando salimos del teatro.
Te sonreí creyendo que nunca lo lograrías. Cuán equivocada estaba...
Al final fui yo misma quien te entregó la llave. No sé si fue en un momento de lucidez o en uno de completa estupidez, pero te hice dueño de mí, dándote la oportunidad de destrozarme o reconstruirme, y al final no hiciste ninguna de las dos.
No fui suficiente para ti. Y esta vez no es una pregunta, es una afirmación, porque sé que no soy lo que esperabas.
Solo soy un desastre.
Recuerdo cuanto odiabas que lo dijera, y aún me río recordando las veces que decías yo también soy un desastre con el fin de no hacerme sentir tan mal.
Sí, te sigo recordando, en cada amanecer de los que tanto te gustaban y en los atardeceres que observo desde el tejado, esos que te ponían nostálgico.
Todo ha cambiado desde que no estás, he perdido un poco más de alegría y las canciones que me ponían feliz no logran hacerlo. Dejaste mi mundo patas arriba...
Realmente lamento que esto haya acabado así, por ti y más por mí, porque creo que si tu puro amor no pudo sanarme nada más lo logrará.

Para B.

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