Sexagésimo tercer punto

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3 de Junio de 2017

No te miento si digo qué ya no sé qué contar de nosotros.
Qué le he hablado hasta al viento de ti, porque contarle a todos de lo maravilloso que eres, no es suficiente.
Ya no sé qué contar, porque muy en el fondo, por más que yo me niegue, no tengo nada digno que decir.
¿Qué fuimos?
Nunca lo sabremos.
Yo te quise, de verdad que lo hice. Yo te hubiera dado mi alma si así tú me lo pedías, porque me enloqueciste desde el principio, cuando hablamos por primera vez.
Saber lo que pasaba por tu mente cuando me miras era y sigue siendo y será, lo que yo más anhele saber.
¿Qué piensas de mí?
¿Despierto algo en ti cuando te miro y te repito lo mucho que te admiro?
Quisiera saber qué soy para ti. Si me darías tu tiempo, o no. Si te quedarías conmigo al teléfono hasta que amaneciera.
Yo no soy mucho de hacer promesas, pero te prometo no olvidarte nunca. Porque estas adentro, muy adentro vida.
No sé, no puedo no pensar en ti, y lo peor de todo es que por más que me prometa no escribirte, no extrañarte, sencillamente no sé. Mírame, aquí estoy de nuevo, contando lo mal que me traes. Hoy de nuevo, he vuelto a traicionarme. Tal vez por eso nunca haga promesas, menos a ti, a ti te prometo lo que quieras.

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