Quincuagésimo punto

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Lo siento, todo está mal.

Estabas sentado en una mesa, en frente de la ventana. Te encontré a solas.
Me acerqué lento, con cuidado. Al sentarme a tu lado ví una lágrima, y una tras otra rodar por tus sonrojadas mejillas. Te tomé de la mano y sin miedo a tu rechazo te abracé tan fuerte como pude. De pronto dejaste de llorar. Me miraste fijamente con tus ojos bañados en un triste mar y antes de posar tus labios en mi frente dijiste: "lo siento, todo está mal". Quise decirte que lo sentía, que me perdonases, que yo te perdonaba, que podíamos intentarlo y esta vez sin secretos, quise decirte tanto que no supe por donde empezar. Busqué tu mirada pero tú te rehusabas. Y cuando una palabra salió por mi boca te marchaste corriendo. Me quedé con tu nombre entre los labios. 
Yo también lo siento Bruno, sé que todo está mal. Sé que tú lo estás, y esta vez me toca a mí salvarte supongo.

Te quiero.

02 de Noviembre de 2016

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