Capitulo 2 [Parte II]

141 2 0
                                    

Capítulo 2.- [Parte II]

―¿Retardada esta mañana, Ángel? ―preguntó con una sonrisa de suficiencia.

Le lancé una mirada de muerte, haciéndolo sonreír burlonamente.

―¡Cállate, Justin! ¿Por qué dem'onios te estás comiendo mi cereal de nuevo? ¿No tienes comida en casa? ―pregunté, arrebatando la taza de sus manos y comiéndome el contenido. Él sólo me observó con una sonrisa divertida.

Matt me lanzó una caja de jugo.

―Si te ves un poco tensa esta mañana, _______. ¿Todo va bien? ―preguntó, mirándome un poco preocupado. Miré seriamente a Justin una vez más mientras él empezaba a reírse. Por supuesto que me veía tensa, tuve media hora para ducharme y vestirme.

―Me quedé dormida ―murmuré con un suspiro abatido.

Matt no tenía idea que Justin dormía en mi habitación conmigo cada noche, si fuera así, se enloquecería. Matt siempre era protector conmigo, siempre lo había sido, pero había empeorado desde que mi papá se fue cuando yo tenía trece. Bueno, dije se fue, pero la verdad era que Matt y Justin habían llegado a casa temprano del hockey un día para ver que mi padre me había dejado sin sentido, y estaba intentando violarme. Matt finalmente caído en cuenta y él y Justin le habían dado una paliza, casi matándolo en el proceso. Lo habían echado de la casa y le habían dicho que si alguna vez regresaba, lo matarían.

Nunca regresó, sin embargo, eso fue hace ya tres años. Un poco después de eso, mi mamá consiguió un trabajo en una enorme firma electrónica, era la asistente personal del director, así que viajaba mucho. Se iba dos veces más de lo que estaba aquí, de modo que sólo la veíamos por cerca de una semana al mes, si algo. Matt era mi única supervisión, aunque a veces era más como que yo estaba intentando cuidar de él.

Justin también era muy protector conmigo, pero todavía no nos llevábamos bien, incluso aunque él literalmente pasó cada noche envuelto a mi alrededor en la cama por los últimos ocho años. Se había vuelto a escabullir en mi habitación la noche siguiente de verme llorar de nuevo y habíamos terminado durmiéndonos una vez más. Después de dos semanas se había vuelto una cosa normal. No era algo de lo que habláramos nunca, solo dejaba mi ventana sin seguro y él entraba una vez que sus padres revisaran que él estuviera dormido. Jamás nos habían atrapado en ocho años. Habíamos estado cerca un par de veces, sin embargo. Hace un par de años, la mamá de Justin había encontrado su cama vacía, pero él había mentido, diciendo que se había escapado a una fiesta y se había quedado en la casa de un amigo. Nadie sospechó que estaba al lado, conmigo.

Él todavía me molestaba como loco y me molestaba tanto como lo hacía cuando éramos niños, pero yo siempre supe que él estaría ahí para mí si lo necesitaba. Era como si él tuviera doble personalidad. De día, me molestaba, volviéndome loca y enojándome todo el tiempo, y de noche, era el chico más dulce en el mundo y me abrazaba, haciéndome sentir segura y a salvo.

―Te ves sexy hoy, Ángel ―dijo Justin, con su sonrisa patentada, mirándome de arriba abajo lentamente, haciéndome retorcer.

¡Sí, claro! Mi cabello castaño todavía estaba húmedo porque no tuve tiempo de secarlo por sus estúpidos "diez minutos más", así que lo tenía recogido en un despeinado moño. Me había puesto mis jeans ajustados y un top rojo de cuello en V y una capucha, junto con mis converse. Había añadido lo mínimo de maquillaje, y algo de lápiz labial claro. No me veía sexy. ¡Maldito idi'ota! Le mostré el dedo y caminé hasta su auto. Recostándome contra él, enojadamente, esperé que me honraran con su presencia.

El camino a la escuela fue igual que siempre, ellos se sentaron el frente hablando de futbol y fiestas, y yo me senté en la parte trasera escuchando mi iPod, intentando ignorar las sonrisas de Justin en el espejo. Estacionamos en la escuela y el auto fue inmediatamente asediado por personas, igual que cada mañana. Justin y Matt eran considerados "jugadores sexis" en nuestra escuela. Eran de último año y el sueño de toda chica, los chicos querían ser amigos suyos, y las chicas querían dormir con ellos.

Justin se rió mientras yo me encogía, saliendo de auto e intentando evadir la horda de zorras que me empujaban porque estaban intentando lanzarse sobre él. Una chica me codeó a propósito. La miré en su pequeña falta que lucía más como un cinturón y su top que mostraba su estómago, e hice una mueca. ¡Caray, es tan perra!

―Mierd'a, Jessica, ¿dejaste tu falda en casa? ―pregunté con un horror fingido.

Ella me miró con el ceño fruncido y escuché a Justin y Matt reírse.

―Lo que sea, ¿sabes que ese look de emo no te va bien, cierto? ―escupió ella en

respuesta.

♡el cнιco qυe ѕe eѕcaвυlle en мι нaвιтacιon♡ - (Adaptada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora