Capítulo 9.- [Parte I]
Liam me haló a un gran abrazo y traté de no retroceder lejos de él, llevaba hoy su marca de fábrica de piezas de color rosa en forma de una gorra.
-Eso está bien. También me quedaría dormido demasiado si tuviera ese cul'o en mi cama -bromeó con una sonrisa mientras asintió con la cabeza sobre mi hombro hacia Justin.
Rodé los ojos y puse las donas sobre la mesa, tomando una de chocolate con rapidez antes de que todos fueran y se las acabaran. Me dirigí a saludar a los otros chicos. Había ocho personas en nuestro equipo, cuatro chicas y cuatro chicos. Estaba feliz de hablar con los chicos, cuando Liam llamó a todos para empezar.
-En vista de que ya estamos con cuarenta y cinco minutos de retraso porque alguien no podía arrastrar el **** de la cama a tiempo, es mejor que empecemos -afirmó, lanzándome una mirada fingida y haciéndome reír.
Nos pusimos a trabajar en una nueva rutina que era muy difícil y complicada, e incluso tenía algunas elevaciones que daban miedo. La peor fue cuando estaba en los hombros de Ricky y tuve que dar la vuelta, y girar en el aire, así que quedaba mirando hacia atrás, entonces él me atraparía mientras caía hacia su cuerpo. Casi al instante, tenía que envolver mis piernas alrededor de su cintura antes de inclinarme totalmente hacia atrás poniendo los brazos en el suelo y rodar mi cuerpo en este. Por suerte, teníamos colchonetas, Incluso me tomó más de una hora aterrizar una vez, y déjame decirte que, incluso aterrizar en la espalda o el estómago en una colchoneta, duele, sobre todo si el musculoso chico que se supone que te atraparía, aterriza en la parte superior de ti. Después del intento número veinte, empujé a Ricky fuera de mí, riendo. Ni siquiera podía levantarme estaba tan cansada, el sudor me corría por la espalda
-Está bien, oficialmente renuncio a esto por hoy. Me duele la cabeza, me duele la espalda, mi trasero me duele, incluso los brazos y las piernas duelen de tanto sostenerme -me quejé, yaciendo al igual que una estrella de mar en la colchoneta.
-Está bien, es casi la una de todos modos, así que será mejor que despejemos el estudio -dijo Liam, tendiendo la mano para ayudar a levantarme. Negué con la cabeza, riendo.
-No puedo. Sinceramente, no puedo moverme -murmuré, cerrando los ojos, tratando de recuperar el aliento.
La siguiente cosa que sé es que Justin estaba allí, me agarró, me levantó y me tiró por encima del hombro como si yo no pesara nada, se dirigió hacia el cuarto de baño de las chicas, riendo.
-¿Qué demonios estás haciendo? -grité, todavía molesta con él por lo que me hizo ayer por la noche.
-Ayudándote -afirmó. Me di cuenta que estaba sonriendo por su sexy *beep* voz.
-¡Suéltame! -le ordené, tratando de zafarme, pero me agarró con más fuerza.
Oí la ducha abriéndose.
¡No! ¡Él no lo haría!
Lo hizo.
Me metió en la ducha, poniéndome abajo en la regadera, ambos completamente empapados. Me quedé allí, sorprendida. Tenía una muda de ropa conmigo por lo que no importaba, pero no creo que él tuviera. ¡Ja, im'bécil, ahora tiene que sentarse en su coche con la ropa mojada! Se estaba riendo de mí, así que acoqué mis manos y recogí un poco de agua, lanzándosela, se echó a reír más fuerte y se apoderó de mi cintura, apretándose contra mí bajo la ducha. El agua le corría por la cabeza, aplastando su pelo en la cara, se veía sexy como el infierno. Sus ropas estaban resbaladizas en su cuerpo, quería pasar mis manos hacia abajo para sentir las líneas de sus músculos. Inclinó la cabeza hacia adelante y me besó, envolviendo sus brazos con fuerza a mí alrededor y empujándome contra la pared. Chupó suavemente sobre mi labio inferior y con mucho gusto abrí mi boca, ansiosa de saborearlo de nuevo. Él sabía aún mejor hoy, probablemente debido a que aún estaba medio borracha cuando nos besamos ayer por la noche así que no pude apreciarlo mucho. Su beso era hermoso y estaba enviando ondas de deseo corriendo a través de mi cuerpo.