Capítulo 7.- [Parte I]
Esperé hasta que la fiesta estuviera encendida, de manera de que Matt no me dijera que me cambiara como si fuera una niña pequeña, en frente de todos. Debían haber estado bebiendo por una hora -era patético. Matt me notó y me dio la mirada de la muerte que corría en la familia y me señaló que me regresara a mi habitación, modulándome la palabra "cambio". Negué con la cabeza y le sonreí dulcemente, mezclándome entre la gente de la fiesta, llegando rápidamente al otro extremo del salón para que no pudiera ver donde estaba.
-Hola Sean -dije, mientras me plantaba cerca de uno de mis mejores amigos.
-Hey chica. Wow, luces ardiente esta noche -dijo mirándome, pero no de la manera pervertida en la que los chicos estaban acostumbrados a hacerlo. Sean y yo habíamos sido amigos por mucho tiempo, él había estado saliendo con la misma chica por los últimos dos años y estaba completamente embobado por ella, lo que resultaba realmente dulce.
-Gracias, tú también luces bien -repliqué, sintiendo y buscando alrededor a mis otros amigos-. ¿Dónde están Kate y Sarah? -pregunté arrugando mi frente. Ellas nunca se pierden estas fiestas, para ellas, eran solo una excusa para pasearse en frente de todos los chicos guapos de la escuela, sobre todo Matt y Justin.
-Están tratando con tu hermano -estableció, señalando a la cocina y riendo.
Miré hacia donde estaba apuntando, para ver a Kate y Sarah riendo incontrolablemente por algo que Jake había dicho. Kate tenía su mano en el brazo de él y Sarah estaba presionada a su lado. Matt lucía completamente desinteresado pero disfrutaba la atención, como siempre. Estaba acostumbrado a que ellas dos estuvieran atentas a cada una de sus palabras, cada vez que venían a mi casa coqueteaban con él descaradamente y se paseaba por allí sin camisa, riendo ante sus lujuriosas expresiones.
Rodé mis ojos y regresé mi atención a Sean.
-¿No está Terry esta noche? -pregunté, escaneando la habitación buscándola.
Justo en ese momento, alguien me agarró desde atrás. Deje salir un pequeño grito antes de que hablara y me diera cuenta de que era Justin.
-Luces increíble, pero definitivamente prefiero la toalla -dijo seductoramente en mi oído. Su aliento caliente debajo de mi cuello, haciéndome estremecer. Podía oler la cerveza en su aliento, pero él nunca se emborrachaba. Matt lo hacía, pero Justin siempre parecía ser el que mantenía el control en caso de que las cosas se le salieran de las manos.
-Piérdete -gruñí, volteándome para caminar hacia la cocina. Todavía no había obtenido una bebida.
-¡Hey Ángel, espérame! -dijo, agarrando mi mano mientras continuaba mi camino entre la multitud de gente besándose y apretujándose unos contra otros. Cuando llegué a la cocina, lo que me dio la bienvenida fue la visión de una chica acostada sobre el mostrador de la cocina y dos chicos tomando shots de su cuerpo. Reconocí a la chica fácilmente por su cabello rojo y su falta de ropa. Jessica.
Dejó salir un grito entusiasmado cuando entré.
-Justin, ven nene, toma un trago de mi cuerpo -ronroneó seductoramente.
Justin apretó mi mano más duro y me hizo una cara de cachorrito, pidiendo ayuda -simplemente me reí y lo presioné hacia ella.
-Anda, Justin, dale a la chica lo que quiere, tú sabes que quieres tomar uno de esos tragos. -Me burlé, riendo histéricamente ante su expresión horrorizada, la cual rápidamente se transformó en una sonrisa de satisfacción.Agarró mis caderas y me subió al mostrador, dando un paso entre mis piernas de manera de que nuestras caras quedaran a centímetros de distancia.