Capítulo 20.-
-No me gusta tener que mentirle a tu hermano, Ángel -susurró, frunciendo el ceño.
-Lo sé, pero sólo un par de semanas, ¿por favor? -rogué, besándolo rápidamente en los labios y volviendo a correr en dirección a la cocina. Tomó mi mano y me llevó de nuevo hacia él, besándome otra vez, antes de que me diera una de sus hermosas sonrisas. Casi iba dando saltitos a la cocina porque estaba tan feliz. Matt tenía una tostada, así que hice dos cuencos de mi cereal favorito, uno para mí, un para Justin. Los lleve a la sala y le entregué una, antes de dejarme caer en el suelo junto al sofá.
-Er.... gracias por esto, Ángel, pero no me gusta el Coco Pops -dijo, moviendo su nariz hacia el recipiente.
Le fruncí el ceño, confundida. Siempre estaba comiendo mi cereal. Cada día tenía un plato de Coco Pops.
-Claro que sí, te lo comes todos los días -me miró como si hubiera perdido la cabeza; ¿pensaba que era estu'pida o algo así?
Se echó a reír y sacudió la cabeza.
-No, no lo hago. Hago un plato cada día y pretendo comerlo, antes de que vengas y me lo arrebates -dijo con una sonrisa sexy y ojos divertidos.
-¿Por qué diablos harías un plato y pretender comerlo? ¿Te gusta hacerme enojar? -le pregunté, molesta.
-No, Ángel. Me gusta hacerte el desayuno -dijo simplemente.
Di un grito ahogado ante la revelación. ¿Los hizo por mí?
-¿Los haces para mí? ¿Todos los días? -pregunté, boca abierta, sorprendida de que había sido tan dulce y nunca me había dado cuenta. Cada día venía y le hacia algún comentario desagradable acerca de él comiendo en mi casa y que dejara en paz mi cereal, ¿y todo este tiempo lo hacía para mí? Por Dios, ¡eso es tan jodidamente dulce! Se encogió de hombros como si fuera nada. Todo este tiempo pensé que era un id'iota, ¡cuando en realidad estaba siendo amable conmigo! Matt entró entonces, así que no podía decir nada.
Engullí mi desayuno y prácticamente corrí a mi habitación, tomé mi celular y le envié un mensaje de texto ya que no podía hablar con él:
"¡Gracias, eso es muy dulce! Nunca me di cuenta de que hicieras eso. ¡Voy a
darte las gracias adecuadamente más adelante! X"
Sonreí para mis adentros y me fui a tomar una ducha.
***
Cuando salimos del auto de Justin en la escuela, fuimos inundados por la usual horda de chicas queriendo manosear a Matt y Justin. Rodé mis ojos cuando Jessica empujó su camino hacia el frente y envolvió sus pequeños, sucios brazos alrededor de la cintura de mi novio, mirándolo con sus ojos ven a la cama.
-Jessica, en serio necesitas alejarte -dijo Justin con severidad, desenvolviéndose de ella y caminando hacia atrás.
- Justin, nene, ¿qué tal si nos saltamos el primer período y vamos a pasar un buen rato? -ronroneó ella sugestivamente, frotando su mano hasta su pecho.
¡Oh, Dios mío, estaba tan celosa que me sentía realmente enferma!
Di media vuelta y me alejé tan rápido como pude, sólo queriendo estar lejos de todo. Después de un minuto pude escuchar a Kate corriendo para alcanzarme, él me agarró la mano tirando de mí para detenerme.
-En serio, no estoy de humor -casi gritó, dirigiéndome a ella, pero no era ella, era a Justin.
-Hey, sólo quería acompañarte a clase -frunció el ceño y me miró con tristeza.
-Oh, claro... er... Lo siento. Pensé que estabas con Jessica, teniendo un poco de diversión -dije sarcásticamente, avergonzada de haberle gritado.
Negó con la cabeza y se acercó a mí.
-No, no estoy con ella, estoy contigo -dijo dulcemente, sonriéndome, y haciendo que mi corazón latiera más rápido.
-Claro, sí, lo siento, sólo.... No sé.... -mi voz se apagó, ruborizándome como un loca.
-Estás celosa -afirmó, al parecer satisfecho de ello. Asentí con la cabeza de mala gana, en realidad no quería admitirlo-. Bien, he estado esperando para que te pusieras celosa por los últimos doce años -dijo, sonriendo como un loco.
Me eché a reír.
-¿En serio? Pues aquí lo tienes entonces, finalmente ocurrió -di una patada a mis zapatos en las piedras; tratando de distraerme de la sensación de celos que todavía estaba corriendo por mis venas. Supongo que iba a tener que acostumbrarme a que las chicas estuvieran sobre él. Era Justin Bieber , por el amor de Dios, las chicas siempre lo seguían a todas partes, pidiendo su atención.
-Recuerdas la charla que tuvimos ayer, ¿esa acerca de la confianza? Bueno, eso funciona en ambos sentidos, sabes. Nunca te haré daño, pero necesitas creer eso también -puso su dedo debajo de mi barbilla e inclinó mi cabeza hacia arriba, haciéndome mirarlo.
Suspiré, sí bien, supongo que dije eso.
-Confío en ti, sólo es difícil de ver -le contesté, sonriendo, imitando sus palabras de ayer.
Se echó a reír.
-Sí, bueno, lo que se dice por ahí ahora es que tengo una novia por lo que debe poner fin a todo este coqueteo -dijo con confianza, cepillando el pelo de mi cara.
-¿Les dijiste a todos que tienes una novia? -pregunté, sorprendida. Bien, wow, tal vez era más serio de lo que pensé sobre hacer esto funcionar.
-Sí, por supuesto. Tengo una novia. Tengo la más sexy, más bella novia del mundo, que aún no me da las gracias que me prometió en un texto esta mañana -sonrió, con su sonrisa coqueta y sentí como un millón de mariposas revoloteaban en mi estómago.
Me reí y me incliné hacia delante hasta que mi boca estaba casi tocando la suya.
-Todas las cosas buenas vienen a aquellos que esperan -me burlé, guiñándole un ojo y alejándome.
Gimió y me atrapó con rapidez.
-No crees que doce años sea tiempo suficiente para esperar -preguntó, fingiendo sorpresa, haciéndome reír.
-Hmmm, no realmente. Creo que voy hacerte esperar un poco más -le lancé un beso al entrar por la puerta de mi clase de Historia. Lo oí quejarse, pero cuando miré hacia atrás estaba sonriendo, mirándome marcharme.
A propósito balanceaba mi trasero, tratando de lucir sexy; debió haber funcionado porque tres chicos de mi clase de historia silbaron e hicieron un comentario acerca de mi sexy trasero. Puse los ojos en blanco. ¡Chicos! No pude hablar con Justin mucho en el almuerzo, nos sentamos en la misma mesa, pero todo el mundo quería hablar con él.
-Así que, ¿realmente tienes una novia secreta? -preguntó Tim, uno de sus amigos, lo miraba como si no lo creyera en absoluto.