Capítulo 6.- [Parte II]
Justin tomó mi mano.
-Sé que no, pero nunca te lastimaría. Necesito que lo sepas -dijo trazando círculos en la palma de mi mano. Todavía lucía realmente herido y molesto y quería hacerlo sentir mejor, pero no sabía cómo.
Lo único que podía hacer era decirle la verdad.
-Justin, cuando alguien me toca, mi corazón se acelera y comienzo a sentirme mareada y enferma. Es algo sobre lo que no tengo control. Las únicas personas con las que no me pasa, es con mi mamá, con Matt y contigo. Lamento si te molesto, pero no puedo evitarlo. Confío en ti, de verdad.
Esto parecía hacerlo sentir mejor y su rostro se iluminó.
-OK, está bien. Regresemos antes de que tu hermano tenga a los perros de ataque listos para rasgarme la garganta -sugirió, riendo entre dientes. Me acomodé en mi asiento mientras él manejaba de regreso a la escuela.
Entramos al estacionamiento de la escuela cinco minutos antes de la campana de salida.
-Eh, Ángel, probablemente lo mejor sea no contarle nada de lo de hoy a tu hermano. No se supone que pase tiempo contigo -dijo encogiéndose de hombros.
No se supone que pase tiempo conmigo. ¿Qué significa eso?
-¿Por qué no? -pregunté confundida.
Me miró a los ojos de nuevo, haciendo que mi corazón se acelerara un poco.
-Matt lo dijo. Y toma en cuenta de que soy un "desagradable prostituto" como tú tantas veces has dicho. Aparentemente, solo quiero tocar tu muy agradable trasero-dijo con una sonrisa-. Lo cual estaría más que feliz de hacer, si tú lo quieres. Ya sabes, como pago por la clase de patinaje -bromeó, guiñándome un ojo.
Di un grito ahogado. Acababa de pasar todo el día con este chico pasándola muy bien y él podía arruinarlo todo en una loca frase.
-Realmente eres un cerdo a veces, ¿sabías? -gruñí saliendo del coche y azotando la puerta. Pisé fuerte en dirección al edificio de matemáticas donde debía estar, para por lo menos aparentar que había estado allí si caminaba en la dirección correcta.
Vi a Matt a caminar hacia el coche, así que le di unos minutos antes de hacer mi camino y meterme en la parte de atrás como si nada hubiera sucedido.
-Oye, ______, ¿tuviste un buen día? -preguntó Matt cuando entré en el coche.
-En realidad sí lo hice, todo el día excepto justo al final cuando alguien lanzó un golpe hacia mí -le respondí con un encogimiento de hombros. Matt inmediatamente le dio a Justin una palmada en la parte posterior de la cabeza.
-¡Ay, mie'rda, ¿Por qué fue eso? -preguntó Justin, frotándose la cabeza.
-Por golpear a mi hermanita. -Matt se encogió de hombros.
-¿Cómo sabes que fui yo? -se quejó Justin. Me reí mientras Justin me lanzaba una mirada sucia y saqué mi iPod.
-______, viéndose como es viernes... -dijo Matt, apagándose.
Gemí, sabiendo al instante de qué se trataba. Su tradición semanal.
-¡No! ¡Ninguna fiesta! Vamos, Matt, ¿en serio? ¿Tiene que ser en nuestra casa todas las semanas? ¡Ni siquiera hay juego esta noche! Se supone que es una fiesta para después del juego. Quiero decir, ¿nadie más puede hacerla por una semana para que no tenga que limpiar todo después de que se larguen tus ****as amigos borrachos? pregunté, mirando a Justin de nuevo.
-¡Oye no me metas en esto; siempre ayudo a limpiar! -exclamó Justin a la defensiva.
Suspiré, sintiéndome derrotada. Mi hermano hacía una fiesta en nuestra casa todos los viernes por la noche porque no teníamos supervisión paterna, así que era más fácil hacerla en nuestra casa. No sé por qué me molestaba en quejarme al respecto, sucedía independientemente de si me gustara o no. Subí el volumen de mi iPod para ahogar la voz de los chicos hablando sobre con quién se iban a enredar y miré por la ventana. Pude ver a Justin tratando de hacer contacto visual conmigo por el espejo pero no le hice caso y fingí que me perdía por completo en la canción.