Capitulo 40.-
-Casey sabe que eres mi chica -dije en voz baja, inclinándome hacia ella así nadie podía oír. Jadeó. -¿Él sabe? ¿Cómo? -preguntó, claramente sorprendida, mientras miraba alrededor sospechosamente.
-Se lo dije por accidente. Iba a venir y hacer un movimiento contigo, le dije que se alejara -admití, sonriendo en tono de disculpa, esperando que no me regañara por arruinar su plan con Jessica y la apuesta.
Puso los ojos en blanco y se acercó a mí.
-Bocazas -me regañó jocosamente, mientras envolvía sus brazos alrededor de mi cuello, bailando conmigo de nuevo. La empujé más cerca de mí envolviéndola en mis brazos apretadamente, amando la sensación de su cuerpo contra el mío. Sonrió felizmente-. Bueno entonces, Justin, si la gente lo va a averiguar, bien podríamos darles un espectáculo -flirteó, elevando una ceja juguetonamente. ¿Qué demonios significaba eso? Sonrió y bajó mi cara hasta la suya, besándome, duro. Escuché a la gente jadear y empezar a hablar apresuradamente a nuestro alrededor, pero no me importó. Estaba besando a la chica de mis sueños y ella me amaba. La empujé más cerca, delineando su labio con mi lengua, queriendo más.
Después de un minuto o así me retiré del beso y empecé a besar su cuello, haciéndola gemir en voz baja. Sonreí contra su cuello porque sabía que la gente estaba mirando. Finalmente, no más fingir, no más escuchar a los chicos hablar acerca de ella y queriendo darles una paliza. La eché hacia atrás para mirarla, estaba sonriéndome, viéndose tan malditamente caliente que era increíble.
-Te quiero, Justin -dijo, sus ojos fijos en los míos. Escuché a alguna otra gente jadear otra vez.
-Yo también te quiero, Ángel -contesté, inmediatamente.
Sabía que la gente estaba hablando de nosotros, y literalmente la habitación entera estaba mirando, pero simplemente no me importaba. Todo en lo que podía concentrarme era en sus preciosos ojos y cómo estaban mirando profundamente a los míos, volviéndome loco. Apreté mis brazos más estrechamente a su alrededor, no queriendo que el momento acabara. Me encantaba la forma en que su increíble cuerpo estaba meciéndose contra el mío, encendiéndome tanto que era casi insoportable. Bailamos durante casi una hora. Ahora que la gente sabía sobre nosotros, no dejaba su lado, queriendo más tiempo con ella. Nunca conseguía pasar tiempo con ella en las fiestas; por lo general, estaba demasiado ocupado asegurándome de que no le pasara nada a su casa porque Matt estaba siempre borracho o enganchándose con alguna chica por la parte trasera.
Esta noche era la mejor fiesta, sólo porque pude cogerle la mano y besarla. Incluso las chicas no se me lanzaban, lo que hacía un buen cambio. Me junté con ella y sus amigos. Kate era en realidad muy divertida, realmente no había hablado antes con ella apropiadamente. Por lo general, la única vez que me hablaba era para flirtear conmigo, así que era raro tener una conversación normal con ella.
Justo después de medianoche, _______ se presionó contra mí apretadamente.
-Estoy cansada, Justin. ¿Quieres llevarme a la cama? -preguntó, levantando las cejas burlonamente. Oh ****, ¡pensé que todo el flirteo y las bromas pararían ahora que la gente sabía!
Reí y puse los ojos en blanco.
-Claro, Ángel. -Me encantaría envolver mis brazos alrededor de su sexi cuerpo ahora mismo. Sonrió y se volvió para alejarse; puse mis manos en sus caderas siguiéndola a través de la multitud de personas, a su habitación. Tan pronto como estuvimos a través de la puerta se volvió hacia mí con su cara juguetona y supe que las bromas no habían terminado aún. Gemí en voz baja. Jod'er, amaba a esta chica más que nada, ¡pero estaba volviéndome loco! Ella aseguró la puerta y se acercó un paso hacia mí, presionando su tonificado
cuerpo con el mío. Sus manos recorren bajando por mi pecho, lentamente, poniéndome tan duro que era vergonzoso. ¿Claramente debería ser inmune a su encanto para ahora? Me refiero, he estado enamorado de esta chica por doce años, ¿cómo diablos todavía podía prenderme de esta manera? Nadie nunca se comparó a mi Ángel, literalmente era la chica más perfecta del mundo.
Incliné mi cabeza para besarla, recorriendo mi lengua a través de su suave labio lleno, queriendo profundizar el beso. Ella enredó sus manos en mi cabello y no pude evitar sujetarla contra la pared, presionando cada pulgada de mi cuerpo contra el suyo. Gimió en el fondo de su garganta y sentí felicidad burbujeando dentro de que ella amaba besarme tanto como yo amaba besarla a ella. Flexioné mis rodillas y la envolví fuertemente en mis brazos, levantándola de sus pies. Ella envolvió sus largas piernas alrededor de mí mientras desabotonaba mi camisa lentamente; sus dedos persistiendo en mi piel, poniéndome la piel de gallina. Cada uno de los toques de _______ eran como nada que hubiera sentido antes. Todas esas chicas con las que me había acostado solo para intentar y olvidarla, eran nada comparadas con ella. Deseaba con todo mi corazón que hubiera esperado y que fuera mi primera, pero todo se sentía como una primera vez con ella de todas formas. Cada toque era diez veces mejor que algo que hubiera sentido antes, era como si cada lugar en que su piel tocaba la mía, se sentía como si me quemara ligeramente, pero de una buena manera. Ella me ponía nervioso también. No quería hacer nada que ella no quisiera, pero estaba tan asustado que no pudiera satisfacerla y no quería arruinar nada.
Me alejé del beso, plantando pequeños besos por su cuello, succionando el chupón que le había hecho hace unos días para hacerlo más oscuro. Amaba esa marca en ella. Saber que era mía me volvía loco. Caminé hacia la cama, recostándola y subiéndome arriba de ella mientras bajaba mis manos por su cuerpo. Cuando llegué al borde de su vestido, deslicé mi mano por debajo, subiéndola por su tonificado muslo, haciendo mi camino para poder apretar su trasero. No pude evitar gemir al sentirlo. Saber que era el único que ella dejaría acercarse así, me hacía sentir como el tipo con más suerte del mundo. Ella tiró mi camiseta por mis hombros y bajó sus manos por mi pecho. Cuando llegó a mis jeans inmediatamente comenzó a desabrocharlos también. Me tensé levemente. ¿Qué rayos está haciendo? Me giró sobre mi espalda y se sentó, a horcajadas sobre mí, luciendo tan sexi que era irreal. Se mordió el labio, pareciendo un poco nerviosa por algo.
-¿Estás bien? -pregunté curiosamente, frotando mis manos en sus muslos tranquilizadoramente. ¿Por qué en la tierra está nerviosa? Ella asintió y sostuvo el borde de su vestido, levantándolo por su cabeza, sacudiendo su cabello después, haciéndolo colgar alrededor de su hermoso rostro. La miré en su sostén de encaje negro strapless y ropa interior a juego, y miles pensamientos lujuriosos bombardearon mi cerebro a la vez. La deseaba tanto que era irreal. Esto era lo más lejos que habíamos ido, la había visto sin camiseta pero no casi desnuda como esto. Era increíble. Se inclinó y me besó apasionadamente, alejándose para mirarme, todavía luciendo un poco nerviosa pero emocionada al mismo tiempo.
-¿Me deseas, Justin? -preguntó.
Mier'da, ¿es algún tipo de broma o algo? -Ángel, te he querido desde siempre. Sonrió haciendo que mi corazón latiera más rápido.
-Hazme el amor -susurró, besándome suavemente.
Mi corazón se detuvo. Acaba de pedirme... no, de ninguna manera, ¡dijo algo más y luego vas a parecer como un ****a cuando resulta que no la escuchaste bien!
-¿Qué? -pregunté débilmente, empujando su cabello detrás de su oreja.
-Estoy lista ahora; quiero que me hagas el amor. -Se sonrojó levemente, luciendo más adorable todavía por cuan dulce e inocente era. La giré en su espalda. ¿Ella cree que tiene que rendirse por mí? Jesús, ¿no me cree cuando le digo que la esperaré?