Capítulo 4.- [Parte III]
Maraton 1/3
-Buenos días para ti también, Ángel -dijo educadamente, con una sonrisa de diversión en su rostro.
-Claro, hola. -Me dejé caer y comí mi cereal mientras Matt entraba en la cocina.
-Hey, chicos, ¿están casi listos para irse? -preguntó Matt, lanzándonos a cada uno una caja de jugo como siempre.
Ambos asentimos y nos dirigimos al auto de Justin. Mientras me acercaba a la escuela, Sean me agarró y me llevó para una charla.
-¿Qué pasa? -pregunté, preocupada.
Parecía un poco desesperado; su cabello estaba desorganizado, como si hubiera estado jalándolo o pasando sus manos por él un montón, sus ojos estaban tensos con estrés.
-Olvidé que el cumpleaños de Terri es mañana, ¡y no idea de que darle! -chilló desesperadamente, pasando sus manos por su cabello fuertemente, confirmando mis sospechas sobre el estilo.
-Cálmate, todavía tienes tiempo. Ahora, ¿qué clase de cosas le gustan? -pregunté, pensando en Terri y todo lo que sabía sobre ella.
-Quería darle algo que pudiera quedarse con él, pero no sé qué... -Cerró sus ojos, obviamente entrando en pánico.
-Sean, cálmate. ¿Qué te parece unos lindos pendientes? ¿Le gustan las piedras, verdad? También podrías darle un nuevo joyero o algo para ponerlas dentro -sugerí.
Su rostro se iluminó.
-¡Sí! Tiene un gusto por los joyeros antiguo en este momento. ¡Esa es una idea genial! Oh Dios gracias, _______. ¡Te debo a lo grande! Voy a saltarme la mañana para poder conseguirla -dijo, sonriendo emocionadamente y corriendo, gritando adiós por su hombro.
Caminé de regreso al colegio, y noté que no había casi nadie.
Mier'da santa, ¿llego tarde? Comencé a correr por el pasillo; pude ver a Justin y un par de sus amigos caminando hacia mí.
-Disminuye la velocidad, Ángel, te caerás -gritó Justin, sonriéndome mientras yo medio corría, medio caminaba hacia él.
Cuando lo pasé, él sacó su pie para hacerme tropezar, pero antes de que golpeara el suelo envolvió sus brazos apretadamente alrededor de mi cintura, y me levantó.
-Caray, Ángel, sé que soy caliente, pero no necesitabas caer a mis pies -bromeó, haciendo reír a todos sus amigos. Lo golpeé en el pecho fuertemente, mirándolo-. Oh también me gusta un poco rudo, Ángel, sabes eso -dijo, sonriendo retorcidamente.
Todavía no había soltado mi cintura, dio un paso hacia adelante y presionó su cuerpo contra el mío, sus manos se deslizaron hacia mi trasero.
-Mmm, genial -ronroneó en mi oído.
Odiaba ser tocada; traía recuerdos de mi padre. Jadeé, y antes de que siquiera pudiera pensar en lo que estaba haciendo, subí mi pierna y lo golpeé en las pelotas. Él gruñó y me soltó rápidamente, doblándose por la mitad y agarrando su ingle.
-¡Mantén tus jodidas manos fuera de mí! -grité, tratando de no llorar. Estaba luchando por respirar y mis manos estaban temblando.
Me di la vuelta para alejarme corriendo pero me agarró por la mano y me empujó hacia él de nuevo.
-Ángel, sólo estaba bromeando, sabes que nunca te haría daño -gimió.
Capítulo 5.- [Parte I]
Maraton 2/3
Su voz se quebró un poco, sonaba como si tuviera dolor. Miró directamente a mis ojos; pude ver la honestidad en sus profundos ojos mieles. Me dio un abrazo y puso sus labios en mi cuello, justo donde se unía con mis hombros y respiró profundamente por su nariz, enviando a su aliento caliente a bajar por mi cuello. Esto es lo que siempre hacía para calmarme, cuando lloraba en su hombro; esta era la única cosa que parecía funcionar. Podía sentir su corazón latiendo rápidamente contra mi pecho, así que me concentré en hacer juego con mi respiración y la suya. Respiré su olor hasta que me había calmado. Me moví hacia atrás y él sólo me estaba mirando, arrepentimiento en su rostro.