Capitulo 26.-
-_______, espera un minuto. Necesito hablarte de algo -dijo, acariciando el sofá junto a él, viéndose triste. Me dejé caer a su lado.
-¿Qué pasa Matt? -pregunté, preocupada, se veía realmente molesto por algo.
Tomó un profundo respiro.
-Le hablé a mamá esta noche. -Sonreí.
-¿Sí? ¿Está bien? ¿Viene a casa? -pregunté emocionándome, pensando en que vería a mi madre antes de dos semanas. La había extrañado con locura, y las veces que estaba aquí, parecían pasar demasiado rápido. Sacudió su cabeza.
-Me dijo algo, pero no quiero que enloquezcas por eso. No hay nada por que preocuparse. Lo prometo. -Tomó mi mano y me miró, sonriendo tristemente. Oh demonios, ¡esto va a ser malo!
-¿Qué es? -pregunté imaginándome lo peor.
Nos íbamos a tener que mudar a China. Había perdido su trabajo. Se estaba volviendo a casar, pero supongo que eso no era algo malo, a menos que el tipo fuera un ****a. Cientos de cosas pasaron por mi mente, pero la última cosa que esperaba fue lo que Matt dijo:
-Nuestro padre se contactó con ella. Aparentemente quiere vernos, recompensarnos por lo que hizo -escupió a través de sus dientes, su tristeza transformándose en rabia ciega.
No podía respirar. Mis pulmones se rehusaban a trabajar. Mi corazón latía demasiado rápido, mientras mi cuerpo comenzaba a temblar. Él estaba volviendo. Quería vernos. La última vez que vi al hombre, me había arrancado mi camisa del colegio y me había empujado al suelo, mientras se sacaba los pantalones. Estaba a
punto de violarme cuando Matt y Justin entraron y lo comenzaron a golpear. Oh Dios, estaba de vuelta. Reproduje todos los golpes que nos dio a mí y a Matt, todos los toques que habían sucedido cuando estaba a solas con él, las palabras susurradas, y las sonrisas secretas. Mi visión comenzó a tener puntos negros, mientras hiperventilaba. Me iba a morir, podía sentirlo; mi cuerpo se estaba apagando incapaz de lidiar con los
recuerdos y el dolor.
Era vagamente consiente de los gritos.
-Sólo déjala, ¡puedo ayudarla! -gritó una voz que reconocía.
-Llama al 911 por el amor de Dios. ¡No puede respirar! -gritó Matt.
-Matt, ¡déjala! Yo me encargo, lo prometo -dijo urgentemente la voz de nuevo.
Fui ligeramente empujada y entonces sentí dos fuertes brazos rodeándome, y presionándome hacia un duro pecho; había un hermoso aroma que reconocí como el de Justin.
Oh, gracias a Dios, ¡ Justin está aquí!. La carrera de mi corazón comenzó a ralentizarse mientras sentía que presionaba sus labios en mi cuello y respiraba lento y calmadamente por mi espalda. Intenté igualar mi respiración con la suya. Me concentré en sentir el constante latido de su corazón contra mi pecho, y los
puntos negros comenzaron a desaparecer. Después de unos minutos, recuperé el control de mis brazos, y los enredé apretadamente alrededor de su cintura, aferrándome a él como si fuera la única cosa que evitaba que me cayera del borde del mundo. Mi padre estaba regresando, pero yo estaba con Justin, y él no dejaría que nada me lastimara, lo sabia. Así que comencé a sentirme a salvo en sus brazos. Después de lo que pareció una eternidad, fui capaz de hacerme hacia atrás y mirarlo.
-¿Estas bien ahora? -preguntó, poniendo sus manos a ambos lados de mi rostro y presionando su frente contra la mía.
Asentí y me lamí mis labios, los cuales por algún motivo estaban salados, y me di cuenta de que estaba llorando. Me limpié el rostro y esnifé. Lentamente me volví consciente de lo que me rodeaba. Aún estaba en el salón. Levanté la vista para ver a Matt sentado ahí, conmocionado observándonos a mí y a Justin. Su boca colgaba abierta, y sus ojos muy abiertos. Pensé en hacerme haciaatrás, pero no podía. No me podía alejar de Justin, era mi seguro; era al que necesitaba, el que me mantendría a salvo de todo esto.
Matt caminó hacia mí, y me sacó de los brazos de Justin, haciéndome lloriquear. Me rodeo en un fuerte abrazo.
-Demonios, ________. ¡Nunca me hagas eso de nuevo! ¡Creí que te ibas a morir! Mier'da, que me asustaste -despotricó Matt mientras me mecía gentilmente.
-Estoy bien -dije débilmente. Mire hacia a Justin, por tranquilidad y vi que no estaba ahí, el pánico comenzó a levantarse en mi pecho mientras mi respiración comenzaba a acortase.
-¿Dónde está Justin? -grité, las lágrimas fluyendo por mi rostro de nuevo. ¡Oh Dios, me dejó!
Matt me abrazó más fuerte.
-Shh está bien. Sólo respira, shh -murmuró, pero no podía, mis pulmones estaban demasiados apretados.
-¡Mier'da! -jadeó Matt al mirarme-. ¡ Justin, vuelve aquí rápido! -casi gritó.
Justin corrió de regreso al cuarto, sosteniendo un vaso de agua que dejó en la mesa bruscamente, tirando la mitad de ésta, antes de envolver sus brazos a mi alrededor.
-Está bien, Ángel -susurró, poniendo sus labios en mi cuello otra vez.
Después de un par de minutos, cuando pude recuperarme, le sonreí a Justin gratamente. Matt se veía mordazmente enojado.
-¿Qué demonios? Ustedes dos están juntos, ¿no? -rugió.
Justin levantó una mano para detener su arranque.