Capitulo 34.-
Desperté en la mañana con una enorme sonrisa en mi cara. El sol brillaba, las aves cantaban, y había despertado junto al chico más sexy del mundo, que por casualidad estaba enamorado de mí. Sonreí contra el brazo en el que estaba acostada y presioné mi espalda contra él, sintiendo su duro pecho presionado en mi espalda donde me estaba abrazando.
-¿Justin? -susurré, girando mi cabeza en su dirección.
Sus brazos se tensionaron alrededor de mí mientras lentamente abría sus ojos.
-Hola -murmuró, levantando su cabeza para que pudiera besarme-. Wow, amo despertarme sabiendo que finalmente eres mía. -Puso la cabeza hacia atrás y suspiró con satisfacción-. Entonces, ¿podemos decirle a la gente hoy que estamos saliendo? -preguntó felizmente, sonriendo de oreja a oreja.
-Um... no. No hoy. Aún necesito hacer un poco más de trabajo de preparación en eso -respondí, recorriendo mi mano por su pecho, trazando sus músculos. Gruñó.
-Por "trabajo de preparación", no querrás decir que vas a coquetear conmigo y ponerme caliente como el infierno de nuevo como ayer, ¿cierto? -preguntó, luciendo suplicante.
-Tendrás que esperar y ver, ¿no crees? Oh, y te doy mi permiso para tocarme un poco hoy si quieres -ofrecí casualmente. Me giré para enfrentarlo, sosteniendo mi cabeza en mi codo para que pudiera verlo mejor.
-Mmm... tocarte, ¿así? -ronroneó. Arrastrando sus dedos a través de mi cuerpo lentamente, desde mi cara, abajo por mi cuello, a través de mis senos y estómago, estableciéndose finalmente justo en el interior de mi muslo. Su mano estaba tan cerca de mi centro que no pude evitar el pequeño gemido que escapó de mis
labios.
Trazó sus dedos a través de mi pierna, haciéndome gemir. Maldita sea, lo quería tanto pero simplemente no podía, no aún.
-No, Justin -supliqué. Dije las palabras, pero moví mis caderas inconscientemente, tratando de acercarme más a su mano.
Se rió, poniendo sus labios de forma que están casi tocando los míos.
-Prométeme que no me provocarás mucho hoy en la escuela -murmuró contra mis labios mientras movía su mano a la parte exterior del muslo.
-No te molestaré demasiado. No puedo prometer que no te pondrás duro - bromeé, torciendo sus palabras.
Estrelló sus labios contra los míos y pude sentir que estaba sonriendo.
-¡Eres una maldita provocadora! Ni siquiera te das cuenta de lo que me haces - gruñó, besando mi cuello suavemente. Vaya, sabía exactamente lo que le estaba haciendo, ¡lo podía sentir! Le devolví el beso con pasión y se alejó después de un par de minutos, justo cuando estaba poniendo en ello.
-Mejor me voy. -Él me besó otra vez mientras salía de la cama.
-Está bien. Te veo en un rato -contesté, viendo cómo se ponía la ropa. Me guiñó un ojo mientras subía por la ventana, de regreso a su casa. A pesar de que Matt sabía, Justin seguía necesitando mantener la pretensión para sus padres. Él no podía exactamente ser visto salir por la puerta principal, cuando se suponía que debía estar en su cama.
Me levanté de la cama y salté al cuarto de baño para una ducha. Cuando estaba seca, me quedé mirando a través de mi armario por mucho tiempo. Necesitaba algo diferente para usar hoy. Quería que Justin me viera como si realmente me quisiera enfrente de todos, porque no quería seguir mintiendo acerca de nuestra relación. Saqué una mini-falda vaquera y una blusa negra lisa con cuello en V, de manga corta. Sonreí mientras miraba mi atuendo. Esto sin duda iba a funcionar. Me vestí y me examiné en el espejo, la falda era corta, pero no demasiado corta para que pareciera una de las zorras, y la blusa era ajustada pero no demasiado, sólo lo suficiente para dar una pista de lo que estaba debajo. Sonreí y me puse un par de zapatillas de ballet, completando el atuendo.