Capitulo 1

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<< El pasado es siempre un Prólogo de lo que está por venir>>
                   -William Shakespeare.

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Samanta se levantó agitada y sudando había vuelto a tener el mismo sueño, hacía tres noches que se repetía aquella ultima vez que estuvo en el cielo junto a los que alguna vez fueron sus queridos hermanos.

Todavía podía recordar los nueve días que tardaron en llegar a la tierra, cuando caían y caían en un pozo que parecía no tener fin pero lo mas doloroso fue el impacto.
Samanta aterrizó en esa época en un gran desierto que se conoció después como El Cairo- Egipto, todavía podía sentir como la arena absorbía su cuerpo a dolorido y como sus alas estaban chamuscadas. 
Recordaba tambien a ver recorrido caminando el desierto por tanto tiempo que creía que su vida se terminaría ahí.
Sentía impotencia y rabia por el abandono de Dios, no podía expresar la furia y deseo que tenía por eliminar a cualquiera que estuviera de acuerdo con la leyes de su creador.
Samanta solo pensó en ese momento de desesperación que debía buscar a Lucifer y a sus hermanos.

Negó su cabeza suavemente tratando de sacar esos recuerdos de su cabeza.

Samanta sé levantó de su cama desordenada. Los ángeles y demonios no dormían porque no lo necesitaban pero si querían podían hacerlo sin algún compromiso.
Cuando los demonios eran heridos en cualquier batalla o enfrentamiento contra un adversario podían sanar  inmediatamente sin embargo la mayoría prefería sumergirse en un sueño lo suficientemente largo como para poder estar mas fuerte en un próximo enfrentamiento.

Samanta vivía alejada del centro de la ciudad de Suiza en una pequeña cabaña con vista a un gran lago que  caracterizaba la región. Tan grande que hasta podría se confundido como mar. Le gustaba tener su propia vida y hacer lo que más deseaba, ella era dueña de su propio destino.

Lucifer no compartía la idea de que su compañera estuviera lejos del inframundo o mayormente conocido como el infierno pero cada demonio o ángel tenía libre albedrío y más que nadie Lucifer lo sabía.
Samanta asistía solamente cuando el anticristo la necesitaba.

Se dirigió al baño decidida a tomar una ducha, siempre bajo el agua se podía relajar y pensar bien. Llevó su mano con suavidad hacia su espalda y se topo con lo que a simple vista de cualquier persona normal serian cicatrices pero para Samanta es el conducto donde saldrían sus alas que le permitirían volar.
Después de que Dios los expulsara y calleran a la tierra las alas de los demonios y ángeles que todavía no habían decidido un bando estaban quemadas y consumidas del tal manera que no podían volar ni reconocer el color que tenían en el cielo. Después de un tiempo volvieron a crecer diferenciando cada bando, los servidores de Lucifer las llevan de color Negro y Dorado. Los servidores del Creador son de color Blanco puro y Plateado.

Luego de aproximadamente veinte minutos, Samanta salió, se vistió y se dirigió al mediano espejo que colgaba de la pared y se observo por completo de abajo para arriba. Llevaba pantalones negros, botas de montar del mismo color y para arriba un suéter gris sencillo.

Acomodo su lacio cabello oscuro  en una cola de caballo bien alta dejando a la vista el tatuaje de llamas de fuego que lleva en su nuca como símbolo de que pertenecía al circulo de los más próximos a Lucifer y por ultimo delineo con negro el contorno de sus ojos color verdes y pinto sus labios de una rosa suave.

Samanta se dirigió a la sala prendió la chimenea para calentar el lugar aunque el frío ni el calor le afectarán y se marcho hacia a la cocina a preparar café caliente. Los demonios no necesitaban alimentarse pero al vivir entre los humanos uno ya comenzaba adoptar sus costumbres.

La Reina Del Infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora