La Reina Del Infierno.

Capitulo 9

<El mal conoce al bien.
El problema es que el bien no conoce al mal>>
- Franz Kafka

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-Sigo insistiendo en que el Jeep llama demasiado la atención- repitió por tercera vez Samanta, ya estaba asqueada de que su compañero no le hiciera caso.

Jonathan rodó los ojos ignorándola nuevamente como lo había estado haciendo y acelero el vehículo.

Después de que se alejaran de la ciudad, ellos llegaron a una entrada hecha de acero puro donde la custodiaba una estatua de un soldado Romano que por su armadura aparentaba ser de la época de Julio Cesar el famoso emperador de Roma que anhelaba dejar su poder al pueblo rumano, hasta en el escudo que sostenía tenía la insignia gravada que marcaba el periodo de ese siglo.

Luego de ingresar, un camino de árboles, para ser específicos un bosque de pinos los encontró.

-Dejaremos el Jeep aquí mismo- dijo Jonathan al tiempo que estacionaba detrás de unos pinos para ocultarlo- continuaremos de ahora en adelante a pie.

-¡Por Lucifer!- exclamó Samanta contenta, por fin hacia caso a su pedido. Luego de apagar el motor, se bajaron y retomaron el paso.

-Hablas muy bien mi idioma para ser italiano- dijo sin pensar Samanta, necesitaba urgente hablar de cualquier tema interesante, desde que habían salido de la ciudad ya no cruzaron mas palabras, aparte de las insistencias que hacia ella cada rato para no seguir en el Jeep.

-Soy líder de una organización muy importante por lo tanto debo manejar todos los idiomas del mundo para poder tener diferentes tratos- sonrió con superioridad.

-Como digas...- Samanta definitivamente ya extrañaba a Michael porque a comparación de Jonathan, él si sabia distraerla.

Luego de un rato, el camino comenzó hacerse angosto, y la cantidad de arboles tapaba cualquier vista, por lo que les impedía saber si algún demonio merodeaba en el lugar.

-Necesitamos elaborar un buen plan, por si la situación se llega a complicar.

-Me parece bien- concordó Samanta- yo entrare en busca de Michael y tu hermana ..

-Mientras tanto yo te cubriré las espaldas- término la frase Jonathan asintiendo.

Después de seguir la caminata, apareció en su visión una pequeña mansión bastante deteriorada, al rededor de ella juncos y hiervas malas se enredaban en las paredes, ocultando el color de la pintura.
Los dos se salieron del camino con prisa y se pusieron detrás de unos arbustos para que no fueran vistos, aunque parecía estar vacía la propiedad, al parecer todavía no llegaban.

-No habitarla, la ha arruinado- dijo Samanta mirando la mansión aunque pese a la falta de limpieza, todavía mantenía el porte antiguo y culto.

-Shhh- la hizo callar Jonathan, que miraba para todas partes.

Samanta iba a protestar pero la interrumpió un ruido que provenía del camino de donde vinieron. Los sorprendió ver cinco autos blindados que se acercaban a toda velocidad hacia la mansión, al estar ambos bien ocultos, los autos pasaron sin percatarse de ellos.
Se estacionaron frente a la casa, y ocho demonios se bajaron de los dos primeros vehículos. De todos, cinco servidores de Lucifer se dirigieron a los tres siguientes autos, y en ellos salieron dos demonios más acompañados de otros, no hace falta decir que Samanta se angustio al presenciar como Michael era bajado y aprisionado como los nesfilim que venían junto a él, pero a comparación de los híbridos su amigo no traía una bolsa marrón tapando su rostro.