<<Las guerras van y vienen pero mis soldados no, son eternos>>
- anónimo
**********—Este día sera el comienzo de una nueva y poderosa era.— Sonrió Lucifer a su ejercito que se extendía por varias distancias con sus lujosas armaduras de oro. No tuvo la necesidad de levantar su voz, esta se elevaba con tan magnitud que pareciera que gritase.— Espero que no haya decepciones, no quiero que se equivoquen pues si lo hacen no existirá lugar al que puedan esconderse, sin embargo el resultado es diferente mi generosidad sera plena.
El ejercito grito en aclamación y respeto provocando una retorcida sonrisa en Lucifer. En estos momentos el dueño de los cielos ya estaría reuniendo a sus estúpidos ángeles para ir al choque con sus demonios. A ciencia cierta ni él mismo sabia si la gloria estaría de su lado, pues ambos tenían las misma cantidad de soldados ya sean poderosos y débiles.
Lucifer ignoro sus pensamientos y se dirigió a sus sirvientes pródigos, los seis príncipes de su temible infierno. Dirigió su mirada al segundo príncipe, sí, después de todo Lucifer seguía siendo el primero en todo por lo tanto su categoría era ser primerizo siempre, Belcebú (Ball) conocido como "El señor de las Moscas" bajo su cabeza en signo de respeto ante él. Lucero aparto su mirada y la poso en el tercero Mammón "Hijo del demonio" , este volvió a repetir la misma acción del anterior, continuo con el cuarto príncipe Belfegor "Demonio de la pereza"; él quinto Leviatán "Demonio de los océanos"; Sexto príncipe Asmodeo "El demonio de la lujuria" y por ultimo Amon "El demonio de la ira". Con Lucifer el numero se transformaba en los siete más temibles. Cabe mencionar que así como existen príncipes, hay Lord, condes, duques y duquesas. Esta distribuido en títulos medievales.
—Quiero la victoria, no me interesa saber como es que la obtendrán. Lo merezco, y me la deben por estos siglos en que he cumplido sus deseos y caprichos más pútridos— espetó lleno de furia y frialdad absoluta. Cada príncipe sabia su destino sin llegaban a fallar a Lucifer.
—Amo, juramos hacer lo imposible por obtener la victoria— le dijo Amon en tono brusco. No podía evitarlo como demonio de la ira, siempre en cada momento se encontraba furioso.
Lucifer clavo sus inyectados ojos de los colores del fuego y la sangre en el príncipe.
—¡Akss!— grito.
Un demonio que había estado controlando cada soldado demonio, respondió al llamado de Lucifer.
—¿Mi señor?— hizo un reverencia ante él.
—Tú iras a mi lado junto a los príncipes, como te mereces.—Lucifer poso una mano en su cabeza.
—Gracias amo— sonrió este travieso.
Akss era uno de los tantos nombres que este demonio poseía, uno de lo más importantes que había. No tenia titulo de príncipe porque el así lo disponía, sin embargo una vida lujo lo rodeaba de la misma forma que los otros seis demonios. Akss era conocido por ser el "falso profeta" en el fin de la vida, en pocas palabras el comienzo del apocalipsis.
Lucifer contemplo su ejercito, estaba ansioso a lo que avecinaba. Aunque inconscientemente no pudo evitar pensar que estaría mucho mejor Samanta lo acompañara en esta odisea.
******
Miguel finalizo la formación con su hilera con el soldado perteneciente a su rango. Todo se encontraba perfectamente listo para enfrentar al infierno. Sin embargo no podía dejar de pensar en aquella mujer que lo hacia sentir vivo y único, lo que generaba una fuerte opresión de su pecho que lo mataba muy lentamente, se sentía la peor escoria del mundo. Poner su titulo y el bien de la humanidad antes que el amor de la bella Samanta le mostraba la cruda realidad de que tal vez, que solo tal vez él no estaba tan enamorado como creía de esa mujer demoníaca.
—¡¿A quién mierda quiero engañar?!—deseo gritar con todas sus fuerzas.
La adoraba, no existía palabra alguna que describiera tal sentimiento, más que nunca lo tenia perfectamente claro ahora él solo es otro mediocre y cobarde más en esta vida. Miguel uno de los más poderosos arcángel, el primer ángel que enfrentó con su espada a Lucifer cuando mucho tiempo después de la expulsión subió nuevamente con sus príncipes al cielo para luchar contra Dios, fue él quien demostró a los otros ángeles que podían volver a mantener la balanza y venció regresando cada demonio al infierno al que pertenecían. Sin embargo.....todavía temía lo que pudiera pensar su padre, el todo poderoso de él. ¡Oh, si! Vaya que le aterraba decepcionarlo. Después sentido él fue fue su creador.
De algún u otro modo le tenía un chiquito de admiración al villano de Lucifer, al menos tuvo la fuerzas para romper las reglas del reino de los cielos. Porque según él eso eran, reglas y ordenes que se deben respetar para continuar manteniendo el orden, y el aprecio de Dios hacia ellos. Miguel no correría con la misma suerte o eso pensaba, los ángeles solían hablar que su padre perdono a Lucero del alba por haber sido su hijo preferido. Sin más no le gustaba hablar de ese tema y formar parte de esas acusaciones sin fundamentos por parte de ángeles caídos o algún otro acusador.
—Miguel, hermano mío.— escuchó a sus espaldas la inconfundible voz de Azrael. Se dio la vuelta con la intención enfrentarlo.
— Si vienes a controlarme, te digo que todo se encuentra listo.— Miguel señalo a sus tropas, cada ángel vestía de una espléndida armadura de oro blanco, tan reluciente que cualquiera podría cegarse.
—Sabes que soy el menos indicado para controlar tu labor, pues no hace falta que te recuerde que yo me encargo de los ángeles guardianes y de cuidar las almas después de la muerte. — sonrió cálido el arcángel. Este puso una mano en el hombro de Miguel.
—Disculpa Azrael, lo que menos deseo en estos momentos es desquitarme contigo. —bufo enojado consigo mismo.
—¿Qué puedo hacer para hacerte sentir mejor? Si quieres algo no dudes en pedirmelo— apretó su hombro en modo de apoyo.
—No existe nada que pueda pedirte que me haga sentir mejor.—excepto Samanta— gracias por la preocupación.
Azarel lo escudriño con sus segadores ojos violetas unos breves segundo para luego bajar la mirada y decir.
—Estamos en un momento duro, una guerra que provocara la perdida de numerosos ángeles.—suspiro con pesadez— logrando así que la balanza baje y la igualdad se pierda entre el cielo y el infierno.
—Lo se, es por eso que voy hacer lo posible para ganar, no pienso hacer que los humanos paguen por los errores de otros.— dijo con firme convicción Miguel.
—Hermano mio, solo deseo que luego que finalice esta situación, tú compongas tu mente y así conseguir que todo se arregle. — le sonrió— pero pongamos fin a esta platica es hora de prepararnos.
Miguel cayo en la cuenta que ya los arcángeles se ponían en posición, detrás de él, en formación a los soldados angelicales para marchar a la guerra. Después de todo el que tenia que ir al frente del ejercito es el general y arcángel de guerra, el extendió sus esplendidas alas para dirigirse al lugar de batalla donde sin duda muchas vidas caerían.
ESTÁS LEYENDO
La Reina Del Infierno.
ParanormalSamanta un demonio del infierno y la enamoradiza de Lucifer sufre una lucha interna con su yo. Siempre fue despiadada y destructora, es conocida por su decisión tomada ante los ojos de Dios en los primeros días de la humanidad. Después de siglos y...