Capítulo 6

3.6K 293 6
                                    


No es que no me gustara ser el centro de atención, a veces, cuando hacía alguna visita guiada por el museo, era lo que más me gustaba. Pero esas miradas no eran del tipo a las que estaba acostumbrada, asique desvié los ojos hacia la espada de nuevo. Era tan incómodo sentir como sus cabezas se enfocaban en mí que intenté alzar todas las barreras que pude. De verdad, me estaba empezando a entrar un dolor bastante fuerte en la sien derecha que pronto se extendió a la izquierda, estaba acostumbrada a bloquear mentes ajenas, siempre que yo no fuera el objeto que recibiera toda aquella pasada de atención.

Suspiré y me coloqué un mechón de pelo tras la oreja.

-La estamos estresando –la chica guapa sentada al lado de Visión; vamos, que no había más nombres originales, tenía un acento que no supe colocar. Era fuerte y marcado, muy exótico–, siento los latidos de su cabeza.

Enfoqué la vista en ella y nos sondeamos mutuamente, oh, asique teníamos unos dones... semejantes, pero ella, Wanda, era mucho más poderosa en muchos más sentidos.

- ¿Podrían estar usando la espada como algún tipo de fuente para extraer energía? –preguntó Natasha, he perdido la cuenta de todas las veces que he sentido agradecimiento hacia su persona.

Tony Stark me envió una última mirada antes de mirarla y encogerse de hombros.

-Es muy posible, si la han localizado, claro.

- ¿No tienes algún método para localizarla, Thor? –el chico rubio y alto giró la cabeza levemente hacia él, un gesto que emanaba educación, pero también lo enmarcaba en un orden jerárquico. Algo bastante extraño teniendo en cuenta que se estaba dirigiendo a un dios.

-No, yo no pero su dueño sí, el problema es que no se encuentra en el Asgard, me llevaría tiempo localizarle.

-Y tiempo es lo único que no tenemos –el chico de la barra, de complexión ágil y rubio ¿por qué casi todos era rubios?, remarcó lo obvio.

El silencio los volvió a inundar, parecía algo bastante normal entre ellos que se tomaran sendos momentos de pausa silenciosa, cada uno sopesando distintos puntos de vista. Hasta que sentí la mirada de aquel hombre que parecía estar al mando de todo de una manera algo intermitente, puesto que Tony Stark tenía más boca que cara.

- ¿Seguro que no sabes nada sobre esta espada? –se irguió en toda su estatura, mirad, yo soy alta, pero este tío llegaba a intimidarme–, de algún lugar ha debido de salir esta información.

Llevaba bastante rato inquieta, mordiéndome los carrillos o intentando quedarme un poco agazapada pero cuando él me hizo esa pregunta mi cerebro activó una especie de tarea de asociación. La carta de mi madre, la carta decía que alguien se había puesto en contacto con ella.

-Sí... -otra vez centro de atención, vaya, me sequé las palmas de las manos, de repente muy húmedas, contra las perneras de los vaqueros y pasé el peso de un pie a otro–, es decir, no... Me refiero a... -si no dejaba de balbucear iban a pensar que tenía algún tipo de idiotez aguda, carraspeé y me acerqué a la extraña mesa, la señalé mirando al señor Stark–, ¿tienes todos los archivos del USB?

-Faltaría más, no me ha dado tiempo de mirarlos todos, hay cosas bastante impresionantes–movió las manos y aparecieron todas las carpetas, le señalé la última de todas, sin nombre y con algo de reticencia apunté al Word con mi nombre y la carta apareció ante todos ellos.

-Mi madre, esto, Miranda me escribió una especie de carta, sabía que era posible que le pasase algo y... -rebusqué y encontré el párrafo que quería y lo leí en voz alta–: "Hasta que nos encontraron y todo por mi culpa, porque deber favores es malo y yo debía unos cuantos a personas influyentes que me ayudaron a esconderme. Querían saber sobre lo que tramaba HYDRA hoy en día y yo era la única capaz de localizarlos e infiltrarme [...]".

Ángeles de Cristal (Capitán América)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora