Capítulo 13

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Dormir después de aquello fue casi una odisea, porque solo lo veía a él sobre mí, solo podía sentir sus labios contra los míos. Sus manos acariciándome como si no hubiera un mañana para nosotros y, Dios, no sabía que sentir. Tenía el corazón latiendo a un ritmo desenfrenado y el cuerpo en un estado de ebullición casi inhumano.

Escondí el rostro en la almohada, azorada. ¿Cómo nos íbamos a mirar al día siguiente? Por lo menos no había huido despavorido después de aquello y su mente... Oh. Me detuve abruptamente. No le había escuchado. Mis defensas habían caído y no le había escuchado nada. Eso no era normal, cuanto mayor contacto, hay un mayor estímulo y puedo recorrer la mente de una persona a una velocidad inusitada.

Fui incapaz de dormir esa noche.

Cuando al día siguiente Wanda entró a mi habitación para despertarme confirmó lo que me temía.

-Tienes un aspecto horrible –cerró la puerta tras de sí.

-Lo supongo –me levanté de la cama, que estaba hecha un desastre después de las mil y una vueltas que había dado–, no he podido dormir bien.

- ¿Te preocupa la misión?

Me paralicé durante una fracción de segundo, pensando rápido. No estaba preparada para hablar de lo que casi ocurría la noche anterior, no. Me quité la camiseta del pijama respondiendo que sí, que seguramente mi insomnio era por eso.

-Es normal –me sonrió ella indulgente, sentándose en el sillón de la estancia–, todo el mundo lo está en su primera misión. Yo lo estuve, pero tranquila, seguro que todo sale bien.

- ¿Ya has desayunado? –le pregunté terminando de atarme las deportivas.

-No, vamos, están reuniéndose en el comedor y poniendo a punto los detalles.

Metí las manos en los grandes bolsillos de la sudadera que me quedaba como dos tallas más grandes y la seguí, comentamos algo sobre los vestidos, la verdad es que no me acuerdo. No le estaba prestando mucha atención a la pobre porque no dejaba de imaginarme la situación... es decir, ¿hola? Me enrollé anoche con el Capitán América, ¿cómo se supone que debo mirarle ahora a la cara?

Pero él me resolvió el problema, me saludó de una manera fría, como si lo de la noche anterior no hubiera pasado. Genial. Asique para él sí que había sido para quemar la tensión que había entre ambos. Pues vale, no le iba a dejar que me afectase. Me senté entre Thor y Clint durante el desayuno, y charlé con ambos.

Mientras me untaba mermelada en la tostada llegó Tony con un puñado de invitaciones iguales que la original.

-Ya está hecho –se giró hacia el Thor–, como no me dejes algo de eso de lo que te estés comiendo, te echo.

Thor masticó lentamente y luego le sonrió con burla, yo me reí y Steve me echó una mirada. Uy, sí, que incómodo la verdad le eché una mirada de: ¿de qué coño vas? Y él frunció el ceño, ¿por qué siempre fruncía el ceño?

-Bien, he formado algunas parejas... -comenzó a decir dejando las invitaciones a un lado–, Ahriel irá conmigo, mi querida prima lejana de Suecia. ¿Sabes hablar sueco? Bueno, no importa, lo iremos perfeccionando. Clint irá con Wanda. Y Steve con Natasha. Vale, Thor y Sam irán cadauno por su lado, tengo invitaciones por separado para los dos.

Se volvió hacia Bruce y Visión, mientras que el primero se encontraba cruzado de brazos sabiendo que le tocaba estar a la retaguardia, Visión estaba totalmente expectante. Tony sacó su extraño móvil y deslizando el dedo logró formar un holograma de la casa en 4D. Siempre me sorprendía ante tanta tecnología avanzada. Esta vez tomó la palabra el Capitán y yo mantuve la vista fija en el holograma.

Ángeles de Cristal (Capitán América)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora