Me desgarré la garganta gritando de dolor a medida que avanzaba hacia el centro del campo de poder, dejando atrás una realidad para adentrarme en otra mucho más oscura y siniestra, llena de sombras y con olor a sangre.
Sentía la espeluznante sensación de que me quitaban la piel con las uñas y arañaban y arañaban. Mis brazos, mis piernas, mi cara, mis ojos... Grité y grité tanto que dejé de escuchar mis aullidos y caí de rodillas sobra una superficie dura, llevándome ambas manos a la cabeza, ahora estaban en mi mente. Me la llenaban de imágenes horribles de cadáveres despedazados, torturas sin fin a cualquier tipo de persona...
Las lágrimas rodaban gruesas por mis mejillas, llegando a gotear sobre la roca negra y llena de salientes puntiagudos, con una naturaleza que instaba al dolor de quien posara sus pies desnudos sobre ella.
-Interesante -la voz de Tom me llegó clara y cercana, provocando que levantase levemente los ojos hacia su persona. La espada gemía y la hoja cambiaba de color-, has conseguido cruzar casi sin ningún problema.
La línea de una realidad y otra era tan delgada ya que el gran mal que albergaba la primera se encontraba a punto de cruzar hacia la otra, y ese pensamiento fue el que me impulsó a ponerme en pie tambaleándome, con el dolor de cabeza más fuerte que haya tenido nunca golpeándome las sienes sin contemplaciones.
-No eres suficientemente pura para estar aquí -exclama Tom triunfante ante el panorama que estaba contemplando, con los ojos desorbitado miraba-, ya casi está... sí...
Aguanta, Ahriel, aquella voz provocó que el dolor amainara poco a poco y pudiera hilar un pensamiento con otro, el aliento volvió a invadir mis pulmones. Te ayudaré, te puedo dar tiempo, cuenta hasta cinco, levántate y lánzate para recobrar el poder de la espada. Debes cerrar la puerta, no pueden fundirse estas realidades...
Contar hasta cinco y lanzarme. Vale, sí, podía hacerlo.
Cerré la mente a las agresiones externas.
3... cogí aire profundamente... 4... alargué lentamente la mano hacia la pistola que estaba enganchada en muslo, rezando para no fallar por primera vez en la vida, debía alejarlo de la espada.
5
Un haz de luz llenó el lugar, cegando a Tom y dándome tiempo a ponerme en pie agarrando con ambas manos el arma, que me temblaban como si tuviera párkinson. Pero disparé, fueron tres tiros y fue el tercero el que logró darle en el mango de la espada que no estaba siendo sujetado.
Tom gritó sorprendido y furioso, la espada calló sobre la roca y la puerta que estaba abriendo se detuvo.
Me lancé sobre la espada que cambiaba de color de manera brusca, Tom aulló lanzándose también sobre ella y puesto que estaba más cerca la pudo empuñar antes que yo, alzó la hoja, mortífera y afilada, la bajó con un golpe brusco sobre mí. Iba a morir, me iba a matar, no iba a volver a poder reflejarme en los ojos de Steve, no íbamos a tener opción de tener ninguna oportunidad de estar juntos...
No, me dije, yo no quería eso. Yo quería salir de allí y... y... alcé la mano derecha con la que se estrelló la espada, pero no llegó a alcanzarme, se detuvo a penas un centímetro de esta. Se había detenido en el aire, era imposible. Tom tenía la cara demudada por la incredulidad.
-No -murmuró, volviendo a alzarla para volver a intentarlo, sin embargo, se detuvo de nuevo antes de que me tocara.
- ¿Esto no estaba dentro de tus planes? -le sonreí con gesto triunfante y me levanté, apuntándolo con la pistola-. Dame la pistola y tal vez te deje con vida.
Tom lanzó una carcajada, seca, sin gracia y malévola.
- ¿Tú? ¿Tú vas a matarme a mí?
El cuerpo se me tensó ante su conducta de no tomarme en serio, así que disparé, pero fallé. Él estiró los labios en una sonrisa desquiciada, ladeó la cabeza mirándome.
- ¿Ves? Siempre has sido la más débil de todos y la puerta se va a abrir y no podrás hacer nada para detenerlo -alzó el arma y la puerta volvió a retomar la apertura, que se estaba retrayendo.
Un sonido gutural me llegó desde la espalda, tragué saliva y eché un vistazo por encima del hombro. Oh, oh... Una gran criatura, una mezcla de bestias se conjuntaban en una sola y me hizo temblar de miedo, tenía las fauces llenas de dientes afilados. Me podría descuartizar en menos de tres segundos.
-Cómo puedes comprobar no estoy solo y vas a morir, que pena -me repasó con la mirada, con indiferencia-, te quise como una hermana.
Tras lanzar una orden, la bestia se colocó en actitud atacante y cogiendo impulso, saltó hacia mi persona. Dejé caer la pistola, no me podía arriesgar a fallar en este momento, y desenvainé las espadas para enzarzarme en la pelea.
Finté, cambié de posición, alcé una espada y la otra la coloqué en posición defensiva. Las manos me temblaban, las rodillas parecían de todo menos firmes y estaba segura de que la bestia olía mi miedo. Se relamió el hocico carente de bigotes y con una lengua grande y violeta.
La baba le goteó y cuando cayó sobre la roca empezó a humear, me temblaron los labios, era ácido.
La puerta estaba a punto de terminar de abrirse y ya se estaban escapando bestias como la que me estaba atacando a mí, esperaba de todo corazón que los Vengadores pudieran ocuparse de ellas. Sin embargo, debería concentrarme en mi situación y en cómo me iba a cargar a una criatura como esa yo sola.
Medité durante una fracción de segundo para luego echarme a correr con toda la potencia de mis piernas hacia la criatura, que dio un paso hacia atrás para luego retomar una posición de ataque y lanzarse hacia mí, era muy rápida y muy fea, sobre todo fea.
Levanté ambos brazos y nos envestimos de una manera brutal, le acuchillé el hocico con la espada que sujetaba la mano derecha y la izquierda se la clavé en el cuello, rápido y mortal. Me empapé con su sangre y se me agujereó por diferentes zonas el traje nuevo de Stark por culpa del ácido de su baba, pero no me importó el dolor, mi objetivo era Tom y ahora estaba solo.
Y él lo sabía.
Me lancé sobre él sin contemplaciones, recibí un puñetazo en la mejilla y un rodillazo en el estómago, pero no me detuve, si iba a darme por todos lados de todas maneras, alejarme sería un error.
Luché contra él y luché para conseguir el control de la espada de Frey.
Durante un momento pensé que no lo iba a lograr y que iba a conseguir morir con el terrible dolor de todas las magulladuras que Tom me estaba logrando hacer con apenas una mano libre.
-Entiéndelo -me espetó agarrándome por el cuello y alejándome de su persona, intenté patalear, pero fue inútil y me estaba empezando asfixiar-, necesitamos un mundo nuevo, hay que purgar la Tierra y este es el mejor camino.
-Estás loco -articulé como pude.
-Lo siento, no me queda de otra. Quizás si las cosas hubieran surgido de otra manera, esto no habría pasado.
No me hizo falta el don de leer mentes para saber lo que planeaba, me iba a quemar viva.
Iba a ser un final peor del que me imaginaba y el dolor iba a ser horrible.
- ¿Unas últimas palabras?
-Sí -espetó una voz detrás de nosotros, las lágrimas se me agolparon en los ojos al escucharlo-, ¿qué te parece si la sueltas antes de que te de la paliza de tu vida?
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Ángeles de Cristal (Capitán América)
Fanfiction"Si vas a dudar de algo, que sea de tus límites" Luchar contra la adversidad, plantar cara al obstáculo, defenderse contra los ataques. Cuando me vi reflejada en los ojos de Steve, el futuro no me pareció ni tan horrible, ni tan perdido como par...