Capítulo 12

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Volvimos en coche en total silencio. Pude sentir como su cabeza trabajaba sin parar y no quería molestarlo, asique apreté la mochilita contra el pecho y miré por la ventaba. Qué largo se me estaba haciendo el trayecto de vuelta. Miré como las gotas de lluvia morían contra el cristal del coche y bajé los ojos al recordar cómo se había suicidado aquel hombre.

Que horrible. ¿Valía una creencia tanto la pena? Con el dedo índice seguí la trayectoria de una de las gotas hasta que desapareció y suspiré, ya estábamos llegando, menos mal, me sentía dolorida y cansada. En cuanto aparcó delante de la mansión me escabullí veloz del coche, corrí hacia dentro, pero dejé la puerta abierta para que él entrara.

-Qué rápido habéis vuelto –me saludó Wanda, que en ese momento estaba bajando las escaleras– ¿Ha pasado algo?

-Tenemos noticias –anunció el Capitán por mí, quitándose el abrigo en cuanto cerró bien la puerta.

-Bien –asintió, luego señaló hacia abajo, hacia el sótano–, acaban de llegar Visión y Thor, sin nada nuevo.

La seguimos en silencio hacia el sótano, donde Tony tenía una especia de laboratorio, aunque no tan moderno como el de la Torre. Wanda me envió una mirada de: ¿ha pasado algo? Y yo sacudí la cabeza, en realidad, no sabía exactamente a qué estaba respondiendo, si a la situación con Steve o a las noticias nuevas que traíamos.

-Acaban de llegar –anunció Wanda abriendo la puerta, dejando ver al resto de los Vengadores en una especie de semicírculo delante de un mapa con muchas cruces, lugares donde Thor y Visión habían estado buscando si respuesta alguna. Una gran decepción para todos los presentes.

Me senté sobre una mesa, al lado de Natasha, que frunció levemente el entrecejo. Pero yo le puse los ojos en blanco.

-En la cafetería, Ahriel y yo, nos encontramos con un agente de HYDRA–comenzó a explicar el Capitán, cruzándose de brazos y yo apreté los labios–, se suicidó cuando se vio acorralado, pero le quitamos esto.

Sacó la invitación para la gala benéfica se la pasó al doctor Banner, a quien tenía más cerca, la abrió y leyó en voz alta lo que Steve y yo ya sabíamos. Tony soltó una carcajada de gozo, le arrebató la invitación a Bruce y la examinó de punta a punta.

-Esto es perfecto, que gran plan –masculló entre dientes con los ojos brillantes que ni corto ni perezoso, se clavaron en los de Steve–, no te leo la mente, pero es un sí. Puedo reproducir más tarjetas, hacer que Friday se cuele en la lista de invitados y añadirnos. Será, es, perfecto. Me encantan las fiestas.

- ¿Vamos a ir todos? –preguntó Natasha levantando sus pelirrojas cejas.

-Sí y no –contestó Steve–, el plan será estar a solas con el duque para poder hablar. El problema surge con HYDRA, ahora sabemos con total seguridad que están rodeando a Lancaster y que estarán en la fiesta. Nos reconocerán e intentarán acabar con nosotros.

El silencio nos envolvió y yo miré a Thor, que estaba en manga hueca, enseñando esos dos enormes brazos y me pregunté cómo era posible que no tuviera frío. Malditos dioses estos.

-Oh, pero va a ser televisada –sonrió Stark levantando la invitación–, lo dice la letra pequeña.

-Eso nos puede proporcionar un salvoconducto para que no nos ataquen en público –comentó Natasha entrecerrando los ojos, pensando.

-Bien, Visión, el doctor Banner y Ahriel se quedan –ordenó Steve con gesto serio.

-No, no, no –negó Stark dándose la vuelta para empezar a escanear la invitación–, ella se viene.

Ángeles de Cristal (Capitán América)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora