Por eso no te conteste

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POR ESO NO TE CONTESTÉ

Que ¿Qué hice anoche? Dios... ¿Cómo decírtelo? Anoche hice tantas cosas...

Me acomodé muy calentita en mi silla negra, me envolví en una mantilla y me puse a leer, olvidé el teléfono en mi recamara, tal vez por eso no te oí.

Pero, mientras me perdía en ese perfecto mar de palabras, de aventuras... de romántica prosa, casi podía escuchar tu voz en la del protagonista... o ese aliento tan tibio que emana tu boca cuando me susurras frases de tan cerca. Definitivamente ya te habías convertido en el actor de la novela de la cual mi corazón se había enamorado.

No me importaba en absoluto el frío que pudiese tener, no quería parar de leer, de imaginarte en todos aquellos escenarios, de fantasear con que me digas todas aquellas románticas líneas... ¡Qué afortunada protagonista! Si te tenía para ella sola, me ponía a sonreír a tiempo que soñaba con ser yo a quien trataras con tanto amor y ternura...

El frío me calaba los huesos, y trataba de abrigarme más, como si fuese posible, con mi diminuta manta carmesí.

Perdí la noción de la página, del tiempo y por momentos también perdí la noción del clima, en el segundo en que ambos protagonistas unieron sus cuerpos en una armónica danza de pasión desenfrenada... no podía imaginarte a ti en tal acto con la mujer de la novela, de inmediato busqué un nuevo prospecto para mi imaginación, no pude... Y muerta en los celos, continué leyendo. Cada vez más interesante, más intenso... sabía que era tarde pero, no me importaba, no podía separarme de mi libro. No podía separarme de la fantasía de encontrarte en aquella hipnotizante novela.

Indudablemente acudías a mi teléfono con ganas, pero no me percaté, estaba inmersa en un mundo de fantasía, donde tú, MI REY pasabas a ser sujeto de todas mis ilusiones, sujeto de todas mis locuras... y en algún recóndito lugar de mi mente, anhelaba escuchar de tu propia voz esas palabras, sentir de tu propia mano esas caricias y de tus propios ojos, mirar aquel brillo de amor, que describían esos escritos.

Por eso no te contesté mi vida, estaba muy ocupada, demasiado... Muy ocupada pensándote, muy ocupada fantaseándote, muy ocupada preparando el escenario de mis sueños contigo... Por eso no te contesté mi amor... Pero tranquilo, ¿Te parece si esta noche hablamos? Esta noche soy toda para ti, y tal vez recité para ti los capítulos en los que te contemplé con claridad. 

JakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora