Capitulo 1: Super rich kids

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Un hombre de trajo blanco con trazos negros levantaba del cuello a un sujeto de un traje color azul marino estampo su puño cerrado en ese sangrante rostro, las piernas del hombre del agredido se doblegaron a tal punto de caer sobre el sucio asfalto, al verse en el piso el adolorido ser comenzó a gatear para alejarse pero su atacante no sintió ninguna clase de piedad lo remato con una patada en el estómago causando despegará por unos segundos del suelo, el chico de traje blanco le dio un puntapié en la barbilla la sangre broto recorriendo esa piel morena donde suplicas se lograban escuchar como murmullos en medio de un océano de gritos.

—Este sitio es un lugar con clase si querías un burdel barato ve a otra zona porque aquí no hacemos obras de caridad. —Dijo el chico de unos escasos 22 años quien levanto los dedos al sonido del chasqueo dos hombres levantaron al herido.—Más te vale mantenerte lejos de mis chicas si no quieres que deje una herida más visible en ese bello rostro que tienes recuerda quien soy y dile a tus malditos jefes que más le vale no hacerme enojar.

—No por favor Brain—sama perdóname.— Grito desesperado el hombre moviéndose entre el agarre, el hombre de traje blanco desfundo una navaja desliando la punta a lo largo del rostro del joven. —Por favor deténgase, por favor.

Al líder de Byakko no le importaron las súplicas del hombre así que sin previo aviso dejó una profunda herida del cliente deshonesto al finalizar su tarea observo como se había desmayado por el dolor, una sonrisa perversa cruzo por sus labios en el mundo que ahora vivía se tenía que dar a respetar por medio del terror, el pelinegro dejo caer sus arma para sacar un pañuelo de su bolsa y limpiarse las manos se dio media vuelta para volver por ese sucio callejón que se encontraba atrás de uno de los clubs nocturnos más famosos en la zona oeste de la gran metrópoli Zero, aquella área dominada por el clan Byakko, se le conocía como el lado de la diversión y perversión, burdeles, club de entrenamiento y casinos se dibujaban en cualquier esquina, claro que esos negocios estaban fuera de la ley pero no existía potencia militar que pudiera acabar con los dueños además de que el gobierno corrupto se llevaba una parte del las ganancias, los jefes eran representantes, Yoo YoungJae mejor conocido como Brain era temido por su fría manera de calcular sus ataques parecía no tener sangre en el cuerpo, el chico de traje blanco abrió una puerta para ingresar al club donde vio como una chica que lloraba en el piso rodeada por otras que la abrieron paso al verlo, la sujeto por la barbilla.

—Estas en este lugar por tu propia voluntad y tenemos un contracto.— Le habló fríamente chasqueando su lengua cruelmente.— Las puertas están abiertas si quieres largarte antes de que comentas la estupidez de traicionar al clan pero recuerda que tienes una deuda.

—Él la engaño Brain—sama, él pertenece al clan de los Seryu.—Otra mujer trato de defender a su amiga, el pelinegro levanto la mirada para toparse con la intrusa en la conversación.— Quieren a Krystal para un club, ella es conocía así que mandaron al tipo para que la sedujera y se fuera con los de Oeste.

YoungJae soltó a la mencionada artista de su club nocturno para ponerse de pie miro a todas sus chicas, él no las secuestraba, ni las obligaba hacer nada que no desearan ese era un trabajo como muchos otros, era su decisión aceptarlo o no, era obvio que el hijo del antiguo líder del clan tampoco era un santo miraba a los sobrevivientes como mercancía fácil de intercambiar, desde pequeño el amor al poder y al dinero se le inculco.

—Que les quede muy claro a todas, quien me traicione su destino será la muerte mientras sigan teniendo un contrato conmigo su vida me pertenece.—Hablo en voz alta señalando a todas y cada una de las presentes.— Terminen su contrato y se podrán ir pero jamás las volveré a recibir.

—Lamento interrumpir Brain—sama pero tiene una llamada.—Un joven de cabellos rubios hablo caminado hacia su líder pasándole un celular, el menor cuestionaba con la mirada .—Es el señora Skylar.

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