Capitulo 9: Sex and Candy

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Perezosamente un pelinegro abría los ojos, tenía mucho tiempo en no dormir como lo hizo esa noche trató de moverse pero algo pesado aprensaba su pecho sus dedos estaban enrede dados en esas hebras semi doradas por inercia una sonrisa se formó en sus labios, ese pequeño niño caprichoso lo abrazaba egoístamente, volvió a cerrar los parpados cuando unos dientes se clavaron en su clavículas, una mano se deslizo por su entrepierna lograba percibir los movimientos del menor parecía que sus fuerzas como sus ganas habían regresado después de un largo sueño.

—¿podíamos intentar repetir lo de anoche? —Una melosa voz salió de los labios del menor quien se colocaba encima del pelinegro para besar el tatuaje de su pecho.— ¿O estas muy viejo? Sé que a tu edad es complicado tener este ritmo pero si quieres ser mi compañero debes ser más activo.

YongGuk soltó una carcajada, cada día le sorprendía más ese mocoso irreverente de un fugaz movimiento cambiaron de lugares, lo puso boca abajo entre el colchón y él, mordió su nunca, su hombro el haber podido dormir sin pesadillas había sido un gran aliciente a su cuerpo es como si sus pilas hubiesen sido recargadas al 100 por ciento, estaba hambriento, estaba ansioso por seguir lo que una noche anterior inicio, el Sol parecía brillar afuera de su ventana, es como si entrara a un mundo desconocido.

—Creí que te dolían las piernas ¿ya estas mejor? —Susurró mordisqueando la oreja del castaño quien levanto la cadera.— Por tu respuesta puedo deducir que esas listo para otra ronda.

Bang volteo su rostro para besarlo, le agradaba esa sensación de juego, de infantilidad que rodeaba a su compañero es como si una luz se colara por su interior, una calidez desconocida lo inundaba provocándole querer reír como un loco, sus labios continuaron en una guerra de control ambos eran habido guerreros es como si conocieran a la perfección esa dinámica llena de juegos, de complicidad. YoungJae percibía como unos labios besaban su espalda desnuda, como una nariz se sumergía en su piel esas caricias le hacían cosquillas así que soltó francas risas se giró para quedar frente a su atacante al cual beso dulcemente sus labios, su cabeza aún era un caos así que no tenía ánimos de iniciar una pelea.

—Pensé que sería nuestra despedida.— Comentó mientras su cuello era atacado por una voraz boca que parecía estar más hambrienta que la noche anterior.— Si continuas haciendo eso no podré controlarme.

—¿Crees que me voy a ir al infierno por las veces que lo hemos hecho? Si voy a sufrir una condena en el purgatorio quiero que haya valido.— Contesto con una macabra sonrisa jalando al menor para que se sentara sobre su cadera, sus manos vagaron por ese pecho color canela.— No JaeJae, esto solo ha sido el inicio te has atrevido a provocarme y ahora tendrás que pagar con las consecuencias.— Tomó las mano derecha del mencionado para iniciar a lamer los dedos.— Ahora te has vuelto en mi juguete favorito.

Ese título no le agrado al pelinegro quien rápidamente, con su mano libre atrajo una daga que estaba guardad en su cómoda derecha, la coloco en la garganta del mayor quien reía complacidamente, no le importaba la amenaza física así que continuo mordisqueando esos dedos sabor a té verde, un gemido escapo de los labios del menor, sus miradas continuaban peleando por obtener el control de la situación, DaeHyun dio un jalón al brazo para obligar que sus rostros se encontraran fue entonces que junto sus labios en una caricia dulce, tierna.

—¿Te parece mejor la palabra amante? –Cuestionó sensualmente a lo que Jae asintió con un movimiento de cabeza.— No quiero que nadie se enteré de nuestro "relación" así que debemos decidir dónde y como nos reuniremos.—Finalizó deslizando sus manos por las caderas del menor.— ¿Alguna propuesta?

—Cuando quieras verme solo debes decir la fecha y hora cuando estés con Sha ya después leeré su mente.—Contesto Jae con una pervertida sonrisa después de lanzar la daga lejos de su compañero, sus manos se detuvieron en el pecho del mayor.— Tengo un pequeño departamento en la zona Sur, nadie lo conoce así que ahí podremos vernos.

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