Capitulo 15: The phoenix

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YoungJae entraba a su oficina principal en el casino toda la noche no había logrado dormir debido a la verdad recién descubierta era doloroso pensar que su abuelo no fuera un familiar de sangre sino que otro extraño que se apiadó de él, tal vez era el producto de humanos sin escrúpulos que lo crearon con la única finalidad de destruir se dejó caer en su silla atrás de un enorme escritorio sin prestar atención que en esa gigante oficina no era el único, unas orbes cafés siguieron al primer lider Byakko no se apartaron ni un solo segundo de sus labios, de sus facciones, "La verdad te ha dejado con las defensas bajas, no puedes bajar la guardia", observó como el menor se desparramaba en su asiento acostando su rostro en la lisa superficie de madera infló sus cachetes con particular encanto.

—No tiene caso que pienses más sobre el asunto tu familia era real qué importa que no compartan el mismo ADN.— Una seria voz llegó a los idos del menor quien se incorporó rápidamente.— Seguimos siendo seres bendecidos con un don es un regalo que Dios puso en nuestras manos para hacer utilidad de el y hablar en su nombre.

—Entonces ¿tu Dios es tan cruel para dejar que esos urbanos experimentaron con niños para crearnos? —Cuestionó molesto por la sorpresa DaeHyun puso sus dedos en su barbilla simulando analizar la pregunta.— Tal vez tu Dios les dio la inteligencia a los humanos pero ellos la usaron para convertirse en demonios. —Finalizó dibujando un gesto de molestia al notar que el mayor tomaba asiento encima de su escritorio. —¿Qué haces aquí?

El mayor no contesto a esa pregunta debido a que se abalanzó sobre el menor para besarlo apasionadamente lo jalo para guardarlo entre sus brazos Jae trato de evitarlo pero su fuerza no se comparaba con la del mayor, nunca lograría lastimarlo o herirlo, una juguetona lengua se abrió paso en sus cerrados labios doblegando sus orgullo unas manos se apoderaron de su cadera la falta de aire se hizo evidente así que se vieron separados.

—No estoy de humor para aguantar así que haz el favor de largarte.— Le gritó el menor tratando de deshacer el agarre pero fue imposible. —Sueltame.

—NO hasta que me digas que relación tienes con Bang.— Le contesto furioso sujetando sus muñecas con fuerza.— Contesta.— Jae se negó con la cabeza así que el agarre se volvió más fuerte.— He dicho que me contestes.

YoungJae se negó a contestar debido a que esa relación sólo le competía a Bang y a él, ese sería su más firme secreto entre ambos, un recuerdo que nadie pudiera arrebatarle, un sentimiento de perpetuidad, un lazo entre dos personas que una vez se conocieron, se amaron y decidieron separarse por el bien de ambos, porque sus caminos no estaban destinados a ir juntos volvió a mover la cabeza ante la prepotente petición del mayor quiso concentrarse para utilizar sus poderes pero la mirada asesina, la voz cruel y agarre sofocante le prohibía pensar, concertarse en algo.

—Eres mi amante más no mi dueño, no me exijas algo que yo jamás haré, no te debe importar mis relaciones pasadas porque están en el pasado yo no vivo en ese tiempo, yo disfruto mi presente.— Le gritó tratando de minimizar el dolor en sus muñecas.— Tú eres mi presente y juró que en mi futuro nunca te nombraré ante el amante que esté en turno.

—No, no te equivoques,.— Habló metalicamente el mayor soltando una de sus muñecas y llevando su manos a su cuello.— Yo siempre seré tu presente, nunca tu pasado, ni existirá alguien en tu futuro, eres mío, solo mío.

DaeHyun nuevamente atacó sus labios pero esta vez buscaba morderlo, lastimarlo de la misma manera que había herido su orgullo de macho, su mente continuaba navegando en la duda en el misterio de definir sus preferencias, el menor quiso librarse de ese doloroso ataque pero sus pensamientos parecían no cobrar lógica reunió su fuerza de voluntad para enfocarse en la katana que tenía escondida en uno de los muebles, un regalo de su ex amante el objeto voló por los aires para después clavarse en el costado del mayor logrando que este gritara de dolor se separo del menor, YoungJae recobró la conciencia así que con un movimientos de manos el mayor fue aprisionado en la pared como si un ente gigante invisible lo sujetaba del cuello.

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