Capítulo 43. Frédéric

38 10 0
                                    

Descansaba sobre un gran banco acolchado incrustado en un ventanal mientras miraba la lluvia caer a través de él. Pude observar cómo la Torre Eiffel se empapaba poco a poco a medida que caían las gotitas. No sé bien exactamente cuánto tiempo, pero por pura lógica no podríamos llevar más de una semana en Francia. Incluso Clément había preparado dos pequeñas camas en una habitación de la buhardilla de su casa para Alyssa y para mi. Aquí estábamos a gusto, al menos si lo estaba mi hermana. Y yo aguantaba cómo podía con Frédéric. Qué curioso, ¿verdad? Hace meses me sentía como una extraña en Estados Unidos y ahora... ahora parece que sea mi hogar. A veces hasta se me escapaban palabras y expresiones hechas en inglés. (También las usaba para insultar a Frédéric en secreto cuando empezaba a dar la lata)

Ni debería, ni me gusta admitirlo pero, en mi estancia en Paris, mi cabeza sólo podía girar alrededor de un sólo tema: Ayron.

¿Qué estará haciendo? ¿Estará feliz, a gusto...? ¿Estará bien sin mi? ¿Habrá vuelto a ver a Stacey en estos días? O aún peor: ¿estará saliendo con alguna chica que no sea yo?

Dios. Odio esto de no querer responderle a los mensajes, en serio.

Pero más odio esta manera de ir por la vida. Sin rumbo, sin ningún futuro bien planificado, sin ningún tipo de información sobre qué pasará, donde acabaré o mejor dicho: con quién.

Aunque muchos piensan que realmente cómo se disfruta es así: sin ningún plan, dejándote llevar...

Lo siento, pero no es mi estilo.

Porque sí, puede que por el momento sea yo la que elige estar aquí o allí pero, ¿por cuánto tiempo más podré seguir así?

Lo peor de todo es que cómo todo dependa de los servicios sociales... me obligarán a quedarme aquí, y en parte puede que si pero, no estoy cien por cien segura de que sea lo que realmente quiero.

No por el momento.

Pero claro, ¿cómo lo va a ser con Ayron en mi cabeza dando vueltas sin parar?

Vale, está bien, lo acepto. Quizá y sólo quizá yo también este un poco obsesionada. ¡Pero no podéis culparme! No acabamos de buena forma, no hay nada aclarado entre nosotros dos. ¡Ni siquiera habíamos vuelto a hablar desde que me marché!

Y sí, puede que quizá no hayamos vuelto a hablar porque no le contesto a los cien mensajes que me ha dejado, pero, ¡tampoco podéis culparme! ¡No podéis culpar a una chica por no saber lo que quiere hacer con su maldita vida, ¿sabéis?!

¡No podéis!

Y fue entonces, cuando comencé a llorar desconsoladamente al intentar hablar con mi hermanastro Frédéric, cuando supe que tenía un problema. Un problema bastante serio.

Flashblack.

El día estaba hecho un asco. ¿Nunca os he comentado que aparte de las albóndigas y la papilla para bebés odiaba también la lluvia? Y esa sensación de... ropa mojada.

Uggh, no. Sin duda no podía aguantar esa sensación.

Me había enfadado con Frédéric. Sí, sin duda estaba enfadada.

Bueno, vale. Además de con Frédéric me había mosqueado también con Adeline.

Y con Alyssa...

Y bueno, con todo el que se atreviera a dirigirme la palabra en aquel momento.

Porque sí, intentar hablar con Ayron por teléfono y que te conteste una voz de chica era sin duda un buen motivo para enfadarme por todo el día.

LucienneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora