Enemigo

54 1 0
                                    

¿Acaso crees que puedes vivir sin mi? No me hagas reír, eres escoria o menos que eso.
Arrástrate entre el fango, arrástrate entre tu propia mierda.
¿La ves? Oh, claro que la ves. No, no desvíes la mirada. Mira sus largas y blancas piernas, ¿qué esconde esa falda? ¿qué hay bajo esa camiseta? Si, imagínate sus pechos bajo tus manos, imagínate cómo gemirá bajo tu cuerpo. Sé que quieres acariciar esos muslos, sé que quieres oler su castaño pelo y sé que quieres arrancarle su ropa.
¡Vamos! Agárrala del cuello ¡Vamos! Hay un callejón oscuro.
¡Vamos! Su camiseta molesta, bonito sujetador negro.
¡Vamos! Lame su cuello.
¡Vamos! Aprieta sus muslos.
¡Vamos! Déjala caer al suelo.
¡Vamos! Deja caer tus pantalones.
No tardes, muy bien, muy bien. ¿Has traído la navaja? Perfecto, ahora evita que hable.
Adelante, mira su cuerpo. Lo cierto es que era muy guapa, tienes buen gusto.
-¿Que he hecho? -Oh, vamos mi querido doctor aún hay mucha noche por delante.
Me ha entrado sed vayamos a un bar, somos opuestos casi enemigos tu salvas vida y yo bueno, digamos que yo debo enfermarlas para que tu la salves.
Somos unos perfectos enemigos y los amigos más desastrosos, mi querido doctor.

Relatos CortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora