Erase una vez, en un reino no tan lejano, una princesa que no quería ser rescatada y un príncipe que dejó Dr ser azul.
Había un corcel que se manchó y dejó de ser blanco, había un dragón que dejó de custodiar un castillo, había un bosque que no estaba encantado y había un villano que no era tan malvado. Él y su no tan fiel esbirro, se fueron con el príncipe que no era tan azul y con la princesa que no quería ser rescatada. En su final no comieron perdices, comieron una ensalada.
