Refugiados en este rincón de la lluvia y del frío, nosotros éramos nuestra única compañía y no necesitábamos más.
Tu eres tan fría, tan independiente y no me necesitas pero yo no puedo dejar de saber de ti. Tu vida me parece tan interesante y tan extraordinaria, así como que la mía es tan normal.
Siempre me imagino el tacto de nuestras manos, como seria cuando nuestros dedos de entrelacen, también he imaginado como seria abrazarte. Sentir tu corazón a la par que el mío, aunque seguramente mi corazón lata a mil por hora.
Quiero acariciar tu rostro mientras duermes recostandote en mi, quiero pasear contigo por el parque y ver todos los días esa sonrisa tuya tan difícil de ver.
Con un largo suspiro cierro el libro en el que vives, lo único que me queda es volver a leer tu historia para sentirte a mi lado.