Infierno

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Me despertó un cosquilleo en el interior de mi nariz, el orificio izquierdo exactamente, quise mover mi mano para arrascarme pero no podía moverla.
Estaba atada de pies y manos, el picor no hacía más que intensificarse hasta que lo ví. De mi orificio izquierdo aparecieron dos antenas marrones moviéndose, el cosquilleo se convirtió en dolor hasta que el cien pies salió por completo.
Aguanté el grito que estaba por salir, el cien pies estaba demasiado cerca de mi boca, podría meterse dentro de mi boca. Aguanté mis ganas de gritar, pero cuando comenzó a meterse por mi ropa mi grito resonó por toda la oscuridad, la única luz era un foco amarillento sobre mí.
Lo notaba por mi pecho y el estómago, sus pequeñas patitas dejando un paso de cosquilleo y pequeños pinchazos, se movía por mi espalda y comenzó a bajar y a bajar. Apreté el culo y ví como salía de mis pantalones cortos y bajaba por mi piernas.
Suspiré aliviada porque veía como se marchaba, pero noté otro cosquilleo en ambas muñecas. Alcé la mirada y ví cientos de cien pies bajando. Miles de patitas enredándose en mi pelo, sentía sus antenas rozar mi oreja y oía como se movían por mi oído.
Y grité, grité al notar como exploraban mi cuerpo y grité hasta que cientos de cien pies llenaron mi boca y acallaron mis gritos.

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