Vómito

69 0 0
                                    

3 meses y 1 semana, 10 kilos perdidos. Demasiado poco.
Me miro al espejo, aún veo a la chica gorda de la que tanto se ríen, asqueroso, repulsivo y antiestético. Aunque pueda contar mis costillas no es suficiente, aunque mis piernas estén separadas no es suficiente, sigo siendo una ballena sebosa y asquerosa.
Me vesti rapidamente, mi madre me espera abajo con el desayuno, leche con galletas. Me mira fijamente mientras cojo una galleta, lo sabe, me ha estado vigilando. ¿No tiene nada mejor que espiar a su hija? Que se vaya a follar al primero que se encuentre, así igual se le va la cara de amargada de mierda.
Me como media y le digo que voy al baño, intenta detenerme pero soy más rápida y doy un fuerte portazo. Pongo el pestillo, enciendo el grifo y me arrodillo frente al váter. Meto dos dedos en mi boca, siendo mi saliva y cuando llego a la campanilla me llega una arcada. ¡No es suficiente! Meto mis dedos con fuerza y una segunda arcada viene acompañada de mi salvación. Era como una masa marrón, blanda y casi sin digerir.
-¡Abre la puerta! -me grita mi madre.
Que pesada.
Tiro de la cadena, me lavo las manos y la boca. Cuando abro la puerta ella esta ahí mirándome.
-No quiero que pongas el cerrojo.
-Dejame en paz -Salí del baño hasta los cojones de mi madre, cogí mi mochila y me marché.
Notaba pinchazos en el estómago, pasar hambre me dolía pero comer aún más.
A la hora de la comida mis amigas comían sin percatarse de todas las calorías que ingerían. Mis "amigas" me obligaban a comer y no podía deshacerme de eso en los baños.
Cuando terminaron las clases aún tenia medio sándwich en el estómago y me sentía asqueada.
No podía volver a casa, mi madre me estaría esperando pero había un parque cercano y unos baños públicos en el.
Entré al baño de mujeres y el olor casi me hace vomitar, perfecto. Era un olor a mierda de hacer varios días e incluso olía a regla. Había papel higiénico por el suelo pegajoso, todos saben por qué esta pegajoso y la taza del váter....la taza del váter era algo de otro mundo. La tapa que había perdido su blanco inicial también estaba pegajosa, la levanté y pude ver gotas de meados anteriores e incluso restos de mierda.
Me arrodillé en el suelo y de la misma vomité mi sándwich. La masa amarillenta salió de mi boca para caer haciendo ruido, el tono rojizo del tomate se había revuelto con el color verde de la lechuga y todo revuelto con el color amarillento de la mayonesa.
Me metí los dedos hasta la campanilla y la arcada hizo que metiera más la cara a la taza del váter y mi vomitó se mezcló con los restos de mierda ajena.
Cuando tire de la cadena era una mezcla amarilla y marrón que se perdía por las tuberías, me lavé las manos y un poco mis rodillas.
Salí del baño público sintiéndome limpia, mañana volvería para una nueva limpieza.

Relatos CortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora