Papa y mamá habían prometido llevarme a la feria, desde la ventana de mi cuarto veía las atracciones e incluso podía oír las canciones.
Ellos decían que esa noche estaban muy cansados de trabajar, proteste mucho y desde mi ventana aún veía las luces a pesar de que la luna estaba en el cielo. Yo quería ir y quería ir con ganas, era lo que más deseaba en el mundo.
¡Decidido, iré!
Me puse una camiseta con en dibujo de un coche rojo, un pantalón que mamá no me dejaba ponerme y una zapatilla muy chulas con luces.
Con mucho cuidado baje las escaleras y conseguí salir por la puerta de atrás, mamá siempre le gritaba a papá porque se le olvidaba cerrarla.
Corrí ladera abajo corriendo viendo la feria cada vez más cerca.
Había muchísima gente, muchas atracciones y cuentos de globos, mi favorito es el rojo.
No me dejaron montarme en ninguna atracción, no tenía dinero. Papa siempre pagaba en las atracciones y a mi se me había olvidado coger el dinero de mi hucha.
-¿Te has perdido?- Un hombre me agarró del hombro y cuando me giré vi que el hombre me sonreía pero en su boca le faltaban dientes- ¿Quieres un globo?
Asentí mientras me daba un globo rojo, mi favorito. Nos montamos en un montón de atracciones el señor y yo me lo pasé muy bien.
Cuando quise volver a casa con mi globo el señor no me dejó, comenzó a acariciarme el pelo mientras sonreía, yo quería irme.
Mientras mi globo se iba al cielo, yo comencé a llorar mientras el hombre me daba besos pero no como los de mamá estos besos no me gustaban. Lloré aunque era de niños pequeños me daba igual, quería estar con mi mama y mi papá. Por favor, mamá... papá... os quiero mucho.
