All you never say ||Resubiendo||

Capítulo 2

Capítulo 2

Edward

Tengo un gran nudo en el estómago, estoy seguro que esto lo he sentido antes. Esa sensación que viene cuando estoy a punto de hacer algo grande, cuando sé que una decisión es la correcta.

—Estoy orgulloso de ti, Edward —me enderezo al escuchar a mi padre.

—Gracias, Carlisle —sonrío.

—Nunca creí que llegaría este día. Has cambiado mucho hijo, para bien —pone su mano en mi hombro—. Eleazar esta estupefacto, tampoco puede creerlo.

—Trabajar con él será una experiencia completamente diferente ahora que tengo el titulo —admito.

Me había graduado de la Universidad hace algunos meses, hace casi cinco años me decidí por darle un rumbo a mi vida y estudiar Medicina como mi padre. No creí que terminaría los estudios, había sido difícil pero finalmente lo logré. Ahora trabajaría con Eleazar Denali, de manera definitiva, no solo su asistente personal como hace años.

—Aun eres bienvenido a unirte como docente en la Universidad —propone Carlisle.

—Es muy pronto para eso.

—Tienes razón. Bueno, tendremos una cena familiar esta noche para celebrar el éxito.

—Eso estaría bien. Tengo que hacer algunas cosas, padre. Nos vemos más tarde —me da un abrazo fraternal antes de retirarse.

Salgo de la oficina de mi padre y subo a mi auto. Dos horas después llego a mi destino, esta vez no percibo esa sensación en la boca del estómago. La casa se abre paso a frente a mí, es pequeña y la fachada pintada de blanco ha perdido la paz que me inspiraba.

Me había olvidado de ella casi por completo cuando me mude a París, pero ahora que estoy de vuelta es imposible de ignorar. Cuando la vi por primera vez no pude evitar comprarla, había visto mi futuro en ella. Creo que fue la primera vez que visualicé una familia.

El prospecto llega en ese momento también, conduce un Porsche último modelo, eso me pone alerta al instante. Al ser una casa a las afueras de Los Ángeles, no es un lugar que atraiga mucho a los compradores, fue lo que yo pensé en mi momento pero el interior de la casa fue lo que me convenció. El hombre parece tener dinero y eso me preocupa más, tal vez le interese un lugar con mejor ubicación y más metros cuadrados.

—Señor Harper, es un placer conocerlo en persona —me acerco al hombre y estrecho su mano.

—Esto lucía mejor en las imágenes, señor Cullen —no deja de mirar la casa.

—Acompáñeme adentro para ver qué opinión tiene luego de ver el interior.

Y allí estaba, una gran ola de recuerdos amontonándose en mi mente junto con otras imágenes acerca de lo que me habría gustado que sucediera. No tenía muchas ganas de vender la casa pero no quería vivir en ella si no la compartiría con Bella.

Mi Bella. Seguía queriéndola después de todo. Me había portado como un completo imbécil con ella y era completamente consciente de que no la merecía. Al regresar de París estaba decidido a recuperarla, no me daría por vencido hasta ganarme de nuevo su confianza. Solo encontré a Alice quien con toda la molestia del mundo me dijo que ella ya no estaba, se había ido de la ciudad.

Sin poder creerlo decidí hacerle una visita a Emmett pero la vecina del tercer piso me dijo que él se había ido hace tiempo. De Rosalie tampoco llegué a saber absolutamente nada. Es como si Bella hubiese desaparecido en el aire.

—Sigo creyendo que es un precio elevado, Edward —menciona el señor Harper.

Esperaba que el corto recorrido por la casa lo convenciera pero tal parece que es un hueso duro de roer. Después de todo, había estudiado para ser médico no se me daban bien las bienes raíces.