Capítulo 9

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Capítulo 9

Habían pasado dos semanas desde lo ocurrido con Edward y afortunadamente no se había pasado ni una vez por Xplosion, al menos no por mi oficina o en el vestíbulo. Supongo que el mensaje le quedó claro, el chico es muy inteligente.

— ¿Necesitas ayuda? —Rosalie se asoma a la cocina.

Lilly llega en ese momento y entra sin más, estira sus brazos hacia mí para que la cargue.

—Puedes ayudar, pero intenta no cortarte un dedo.

Mi amiga me saca la lengua con diversión, entra a la cocina y se pone a mi lado. Esta es la primera vez que cocinaré desde que me mudé a California. Estaba esperando a que desempacáramos todo para no tener nada pendiente por hacer y concentrarme únicamente en la comida. Rosalie fue de mucha ayuda al momento de acomodar todo el contenido de las cajas.

Jake había salido a una revisión médica, quería acompañarlo pero él no me lo permitió. Me preocupaba que fuera solo, yo siempre lo acompañaba a sus citas y exámenes médicos. De cualquier manera, en la última consulta el doctor nos dijo que no había peligro alguno, por esa razón lo dejé ir solo esta vez.

Le paso los utensilios de cocina a Rose, ella toma el cuchillo entre sus manos cuidando de no lastimarse. Dejo a la niña sobre la encimera de la cocina y me siento con mi amiga en la mesa.

—Así —agarro otro cuchillo y una zanahoria, la parto en rodajas sobre la tabla de cortar. Ella observa mis movimientos y trata de imitarme sin éxito—. Creo que puedes rayar el queso, es más seguro.

Una hora más tarde meto la lasaña en el horno y me siento en la mesa junto a Rose, fue buena idea ponerla a rayar el queso. Lilly se ha ido a la sala a ver caricaturas, Jake no tarda en regresar.

No le había contado a mi amiga sobre Edward y yo, mi sentido común me decía que se enojaría mucho conmigo si llegara a saber sobre el beso. Es una pena que mi sentido común no sirviera de nada en el departamento de Edward. ¿Por qué dejé que me besara?

— ¿Y cómo está? —la rubia corta mis cavilaciones.

— ¿Quién?

—Black —me mira como si fuera demasiado obvio.

—Jacob. Él está bien, bueno, eso dice el doctor —apoyo los codos en la mesa—. Yo lo veo más cansado.

—Y gordo —se ríe ella.

—Eso es porque ha dejado de hacer las rutinas que le recomendó el doctor.

— ¿Crees que...?

La voz de mi amiga se ve interrumpida por el tono de llamada de mi celular, cuelgo la llamada y devuelvo mi atención a la chica.

— ¿No vas a contestar? —Niego con la cabeza—. Como te decía...

Quien quiera que sea es muy insistente y mi celular vuelve a vibrar con desesperación.

— ¿Quién demonios es? —exclama Rose.

Le doy una mirada de disculpa y contesto la llamada, el identificador reconoce el número de Alice. Debe ser algo relacionado con su boda. De alguna manera logré hacer que Rose accediera a que Lilly estudiara ballet en la academia de Alice; así como también aceptó ser la dama de honor de la chica.

—Es Alice —susurro a Rose. Coloco la bocina en mi oído—. ¿Qué sucede, Ali?

—No soy Alice, Bella —la inconfundible voz de Edward me llega desde el otro lado de la línea—. ¡Por favor, no cuelgues! Necesito tu ayuda.

All you never say ||Resubiendo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora