All you never say ||Resubiendo||

Capítulo 10

Capítulo 10

— ¿Entonces qué es lo que harás? —pregunta Rose.

—No lo sé.

No fue para nada fácil mentirle cuando había escuchado gran parte de mi conversación con Edward.

Abro mi bolso para sacar el dinero y pagar por el café. Realmente me hacía falta una alta dosis de cafeína, no había podido dormir la noche anterior.

—Esperaba que tuvieras alguna especie de plan, ya que decidiste responder a Edward —refunfuña.

— ¡Rosalie, ya basta! —Salimos de la cafetería, un frío viento sopla y doy un sorbo a bebida para conservar el calor—. Es por esta razón que no te habría contado nada.

— ¡No estás siendo razonable, Bella!

Subo al auto de Rose por el asiento copiloto, le paso un paquete de galletas a Lilly que está en el asiento trasero. Rosalie la llevará a la clase de ballet y de paso me dejará en trabajo, me gusta que mi amiga le esté dando algo de apoyo a mi hija.

— ¿Entonces tu qué me recomiendas que haga? —Ella permanece en silencio—. Debo...

—No debes, Bella. Yo habría colgado esa llamada de saber que era Edward.

Estoy por responder pero el rugido del auto apaga mi voz, Rose pone el auto en marcha. No digo nada más en todo el camino, quiero pensar en una buena respuesta.

Cuando llegamos a la academia, Lilly insistió en que me quedara por solo unos minutos, no pude negarme a su dulce mirada. Por un segundo olvidé quien era su maestra hasta que entré a la sala y Alice se acercó a nosotras con una autentica sonrisa en sus labios.

No dijo mucho, solo nos saludó y dijo que me hablaría más tarde para quedar en algún lugar. Aún teníamos asuntos pendientes respecto a su boda, al parecer la había adelantado unos meses. Tenía tan poco tiempo para averiguar si lo que dijo Edward era verdad o no.

—Voy a hacerlo —le dije a Rose.

La música instrumental llenaba por completo la sala, un grupo de niñas trataban de seguir la coreografía, mientras tanto otras (incluyendo a mi hija) realizaban el calentamiento. Lilly se detuvo un momento para saludarme desde su posición.

—No, no lo harás.

Desvío la mirada hasta mi amiga.

—Si es verdad lo que dijo Edward entonces tengo que ayudarlo. Se lo debo a Alice.

—No, no se lo debes. ¡Ella te lo debe! Si Alice hubiese insistido un poco más en separarte de Edward...

— ¡Pero no lo hizo! Y al contrario de ella, yo apartaré a Felix. Sé exactamente cómo se siente cuando alguien no es lo que creíste que era, y no quiero que ella lo sienta.

Rose me mira un rato hasta que aleja la mirada y suspira, une sus manos frente a ella como si estuviera rezando. No digo nada más, todo lo que quería decir ya lo he sacado. No me importa si mi amiga está de acuerdo o no, yo haría lo mismo si ella estuviera en esta situación.

—Lloraste por más de tres meses, todas las noches sin excepción. Bella, no me interesa si Felix es bueno o no para Alice, lo que importa es que Edward está intentando entrar de nuevo a tu vida. De una u otra manera.

No puedo negar eso, yo ya le había advertido a él que no quería volver a verlo, y mantuvo su distancia por dos semanas. ¿Y esto es solo otro de sus trucos? Ahora me sentía más confundida.

—Tengo que ir a trabajar —me pongo de pie.

—Paso por ti más tarde —la rubia me sonríe por primera vez en todo el día.