Capítulo 3

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"No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase"

Coco Chanel.

Me sorprendo de ver a Nelson en el departamento, supuse que estaría con Nicolle todo este tiempo. Por eso es que no puedo ni siquiera moverme de donde estoy. Laura sonríe al verme así

—Deberías llevar a tu jefe como pareja donde Daniela —propone Laura. Le hago un gesto para que perciba lo imprudente que ha sido —. Está bien —levanta las manos en señal de rendición —, ya me voy no te enojes.

Se despide de beso con Nelson y sale.

—¿Cuándo vamos donde Daniela? —pregunta al mismo tiempo que se acerca para darme un suave beso en la mejilla.

—Olvídalo, no le hagas caso a Laura. Pasa.

—Pues yo quiero ir donde Daniela contigo —dice serio.

Ruedo los ojos al ver su insistencia, pero admito que me emociona que lo haga porque me hace pensar que le agrada mi compañía.

Pasa sus brazos por mi cintura envolviéndome en un agradable abrazo. Coloca su cara en mi hombro estrechándome con sus fuertes brazos.

—Ni porque te hagas el cariñoso me convencerás —enfatizo.

—En mi defensa diré que soy un excelente compañero y que no me hago el cariñoso solo por querer acompañarte —Sonrío —. Pero lo cierto es que no te arrepentirías de llevarme.

En el momento que nos sentamos y me separo de su cuerpo inmediatamente extraño su cercanía. Timoteo hace gala de su presencia subiéndose al mueble y paseándose con elegancia entre nuestras piernas. Nelson enseguida se hace hacia atrás cuando la cola se acerca a su cara.

—¡Timoteo! —Lo reprendo —. No seas mal educado, tenemos visitas. —Lo apremio en mis brazos y ronronea de placer —. Respeta al tío Nelson.

—Debes decirle que respete al papi Nelson —sonríe de forma pícara —. Sería como mi hijo ¿no?

—Dale un beso Timoteo —digo acercándoselo a la cara. Hábilmente se aparta.

—Dame un beso tú —reclama. Casi queda encima de mí intentando besarme.

—¡Nelson, no! —grito tratando de cubrirme la cara al mismo tiempo que intento bajar el vestido que se sube con el roce de su cuerpo. Timoteo opta por tirarse al suelo e irse dejándome en esta complicada situación.

—Solo es un beso Mille.

Toma mis manos para que no me cubra y presiona su cuerpo para que tampoco intente zafarme. Mi yo interior grita que me deje besar, pero no debo permitirlo. Si dejo que lo haga no sé hasta dónde seré capaz de dejarlo avanzar.

—No.

—Escoge: el beso o me llevas donde Daniela. Pero decídelo ya.

—Iremos donde Daniela —escojo enseguida. —Sonríe y poco a poco va cediendo el agarre. Me incorporo y bajo mi vestido —. Lo peor es que no sabes quién es Daniela —refunfuño.

Suelta una carcajada.

—Lo que quiero es ir contigo, aunque tenga que ir a Narnia.

—Mejor no discuto más. Eres un caso perdido.

—Estoy esperando que me encuentres —dice. Sin esperármelo me lleva a su cuerpo —. Me gustas Millena.

No quiero sentirme vulnerable, pero con sus palabras y tacto es imposible no hacerlo.

Inesperado IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora