Capítulo 10

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"La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma"

Anónimo


Enterarme que Nicolle ha sido aislada de lo que más le gusta me deja un mal sin sabor. Comprendía que Nelson había utilizado esa medida para frenar sus ataques hacia mí, pero no me parece correcto. Muy aparte del desagrado que siente por mi reconozco que es muy profesional en su trabajo, cuando lo hace se entrega totalmente a ello y como dijo en una ocasión en una entrevista vive para el modelaje. No quiero ni pensar como se ha de sentir ahora que no está haciendo lo que más le gusta, aquello me hace sentir una mala mujer aun sin tener culpa.

—¿Ahora que hice Millena?, por la cara que tienes no es nada bueno. —Suspira y se prepara para lo que le voy a decir.

—Pensé que entre nosotros había sinceridad y sobre todo en las acciones a tomar cuando me involucran. Recién me entero que Nicolle está separada de los desfiles de pasarela y todo es por mi culpa.

—Parece que Rodrigo no puede tener la boca cerrada, se ha contagiado de todas las modelos parlanchinas que andan por ahí —dice. Para mi ventaja se ha imaginado que es Rodrigo así que no tendré que gastar tiempo en pensar como encubrirlo.

—Pues muy contario a tu pensar opino que ha sido lo suficiente valiente, eso lo hace más hombre para decirme las cosas como son. —Su rostro se contrae al escucharme, pero lo cierto es que por muy enojado que esté nunca demostrará su enojo y menos hacia mí.

—Yo nunca te he mentido y he sido sincero todo el tiempo contigo, pero te conozco tan bien que enseguida habrías intervenido para que no hiciera lo que he hecho. No pensaba cambiar de idea así que por eso preferí no informarte, que es muy diferente a mentirte o engañarte. ¡Ah y en cuento a lo hombre déjame decirte que...

—No quiero saber nada —interrumpo antes que salga con algún disparate —. Pero al menos me hubiese gustado saberlo. Ella está más enojada y amargada que antes si es que así se le puede llamar a su mal humor.

—¿Te ha tratado mal otra vez? —pregunta interesado.

—No —omito el incidente del medio día para que no se haga más grande el problema —. Pienso que tampoco es justo que la hagas pasar por eso ¿Cuándo va a volver a las pasarelas?

Se encoge de hombros indiferente mientras arregla innecesariamente unos documentos que tiene en el escritorio, el silencio me alerta sobre el tiempo de la medida a tomar.

—Le dije que si se disculpaba contigo le quitaba el castigo —levanta su mirada y la clava en mis ojos sin ningún titubeo al hablar —, pero prefirió ser sancionada indefinidamente o hasta que viera oportuno levantarle la sanción.

Indefinidamente es una palabra que da a entender mucho tiempo, y al ver la dureza de su rostro es evidente que piensa cumplir su palabra. Tengo que reconocer que ella no se merece mi compasión, pero es mujer, debo solidarizarme con ella y no aprovecharme de su situación para despedazarla por completo.

—Es mucho tiempo —admito aun asombrada de esa decisión —. ¿No crees que estas exagerando?

—¿Es tan difícil para ella pedirte disculpas por el trato soez que has recibido de ella? —pregunta tan enojado que me asusta —. La humildad es la grandeza en las personas, es lo primero que les digo a las modelos cuando veo que tienen potencial. También, les trato de mostrar que el ser modelos no las hace merecedoras de una propuesta indecente de algún hombre, todo lo contario, tienen que valorarse. No solo eso, sino que también tienen que mostrar empatía entre las de su mismo género y compañerismo; si así lo hacen son merecedoras de mi respeto y con ello algún incentivo de mi parte. Pero no, ella prefiere ser quitada de los eventos antes que reconocer su mal comportamiento hacia ti.

—Sé el trabajo que haces con ellas y de verdad agradezco que quieras darme un lugar en esta Agencia y créeme que lo has logrado. Todos me respetan y me siento muy agradecida por ello. En ningún lugar estaría tan contenta trabajando como me siento aquí.

—Millena, tu solita te has ganado el respeto de todos, ellos te quieren y te admiran por ti, no porque yo se los haya pedido hacerlo —sonríe con ternura.

—Me refiero a la reacción de las modelos cuando empecé a trabajar.

No es agradable recordar aquel tiempo cuando me sentía fuera de lugar en la Agencia y lo difícil que fue adaptarme al que ahora considero mi hogar. Nelson desde el principio demostró estar de mi lado, las modelos murmuraban incentivadas por Nicolle que una persona como yo no debería de trabajar en la Agencia; esas palabras que llegaban a mis oídos acababan con mis ganas de seguir trabajando, sino hubiese sido por el apoyo de Laura o el incentivo de Nelson a seguir con el trabajo ya no estaría aquí. Sé más que nadie lo que es sentirse humillada, pero por satírico que suene aquello, esa experiencia te ayuda a prepararte para afrontar todo lo que viene después. Trabajar en un lugar donde solo se valora la belleza física puede ser abrumador para alguien que no la posee.

Aun contra todo pronóstico salí a flote cuando llegué a comprender que soy yo la que tengo que darme mi lugar y sentirme segura de mí misma. Solo cuando uno se ama consigue el respeto de las personas.

—Millena, este mundo es así y no es nada color de rosas. La más bonita, fuerte y astuta es la que sobrevive, han tenido que surgir de esa manera y por eso es que a cualquiera que ingresa o trabaja aquí quieren demostrarle que son mejores.

—Ahora lo sé.

—Mille —su rostro ya no refleja dureza ahora es cariño o ¿amor? Se levanta para acercarse hasta donde estoy y siempre ocasiona ese efecto en mí: las pulsaciones de mi cuerpo reaccionan enseguida. Se recuesta a espaldas del escritorio para quedar frente a mí y tomarme las manos —. Nunca dejes que te hagan sentir que eres inferior a alguien. La valía de una mujer no está en el físico o en la talla, está en su interior donde reside la verdadera persona. Eres una joya que no cualquiera merece lucir u ostentar.

Ahí está de nuevo con aquellas palabras que consiguen sentirme tan especial y amada, aquellas palabras que me hacen querer correr a sus brazos y agradecerle por todo lo bien que ha contribuido en mi vida. Tengo que admitir que sus palabras siempre llegan en el momento oportuno.

—Estoy luchando día a día para sentirme completa Nelson, pero te lo aseguro que podría decir que a pesar de tantos tropezones soy feliz como soy y ahora puedo decir que nadie me tira al suelo como antes.

—Me alegro, preciosa. Nunca anheles ser como una mujer hermosa de apariencia, pero que al tratarla no da ganas de permanecer a su lado más de una hora. Me da pena decirlo, pero aquellas mujeres solo sirven para una noche y ya.

—O varias —Le recrimino al pensar en las varias ocasiones que se ha acostado con Nicolle u otra hermosa modelo.

—Contigo no se puede hablar seriamente —sonríe mientras me arrastra al mueble —. Déjame decirte que un hombre inteligente cuando quiere algo serio en su vida no se va a fijar en la talla porque lo que realmente buscará es a alguien que pueda compartir con ella todos sus logros y sus fracasos, alguien que camine a su lado por siempre y que sepa que encontrará refugio en su mujer, solo en ella.

Es cierto, solo un hombre inteligente le dará el lugar que se merece una mujer, los demás que no valoran a alguien ni siquiera podrían ser llamados hombres.

—Y mientras tanto debes buscar refugio ...—no me deja terminar la frase para recriminarle su proceder cuando su boca invade la mía en cuestión de segundo.

Sus labios se mueven con poderío, pero al mismo tiempo con delicadeza, tengo que reconocer que la sensación que provoca en mi es demasiado agradable que me conduce a una sensación indescriptible cuando su cuerpo se pega al mío con firmeza. Enseguida pienso que debo pararlo, pero al sentir una corriente en todo mi cuerpo no lo hago. Su lengua hábil y traviesa invade mi boca logrando que participe con anhelo en el beso, mis manos empiezan a recorrer sus hombros fuertes y temblorosos.

Al sentir sus suaves manos por mi cuello y oreja me hace emitir un gemido que intento ahogar, pero es imposible que no lo haya percatado. Me pega más a él sin importarle que mi pecho roce el suyo. Cuando recorre su mano por mi cintura otro jadeo se escucha, pero esta vez es de él seguido por el mío. Es una sensación que nunca había sentido al ser besada de esta forma y en parte me avergüenza. Su boca abandona la mía para recorrer mi cuello y en ese momento me doy cuenta que tengo que parar o será demasiado tarde.

Inesperado IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora