Capítulo 34

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"Todos los días escogemos lo que somos y hacemos aquello que nos define"

Angelina Jolie


Regreso a mi escritorio para continuar con la jornada laboral y me siento tan feliz que empiezo a tararear la primera canción que se me viene a la mente mientras me siento cómodamente para encender la computadora. Debo visualizar todos los pendientes que tengo hasta ahora para ponerme al día. Mientras espero busco en las gavetas de mi escritorio la carpeta que necesito, allí tengo todas mis notas en cuanto a lo que debo tener presente para el Fashion Week y así no olvidarme de nada, estamos a solo tres días del gran evento y empiezo a ponerme nerviosa. Necesito saber que todo está en orden. Con eso se me viene la memoria Erick, se ha enojado porque he preferido usar solo dos vestidos diseñados por él, para los siguientes días tengo unos por allí que me van muy bien con la ocasión. Además, no soy importante como para llamar la atención de las cámaras o para que emitan críticas en cuanto a mi vestuario como tanto lo asegura Nelson. Los importantes en esos eventos siempre son los diseñadores y las modelos.

Nelson se ha molestado cuando le he mencionado que evitemos por ahora que sea público nuestro noviazgo, lo que menos quiero es tener reporteros persiguiéndome y preguntándome un sinnúmero de necedades, prefiero ahorrarme ese momento y menos que salgan chismes malintencionados. Que eso quede para los que les gusta ser noticia sin importar lo que salga a la luz. Al final ha accedido.

Sin tener éxito sigo buscando en todos los posibles lugares donde podría estar la bendita carpeta. Me parece demasiado raro todo y más cuando encuentro un envoltorio de goma de mascar cuando a menos de un metro hay un bote de basura. Al fijarme detenidamente en la oficina me doy cuenta que todo está en completo desorden, hay papeles o documentos donde no deberían estar. No me queda otra opción que empezar a ordenar todo, no puedo trabajar si veo mi espacio en esta condición.

Sorprendentemente me ha tomado casi una hora ubicar cada cosa en su lugar, pero al fin lo he conseguido. Cuando veo todo arreglado me siento satisfecha por el deber cumplido, aun así, no he logrado encontrarla, al parecer ha desaparecido por completo. No es que sea de suma importancia ni que contenga papeles relevantes, pero es donde tengo planificado todo, sin esas notas me siento en desventaja. Lo que me sorprende es que Pamela haya dejado el lugar así, las ocasiones anteriores cuando ha tenido que reemplazarme todo ha quedado en orden, pero esta vez ha sido la excepción. Aspiraba encontrarla, pero ahora me veo en la necesidad de ir hasta donde ella, porque si no voy a volverme loca de tanto buscar sin tener resultados.

Me dirijo hasta su lugar de trabajo y para mi suerte logro divisarla, apenas me ve sonríe y me contagia de su alegría. Puedo ver que también está revisando la pila de documentos que tiene en su escritorio. Ella ayuda mucho en cuanto a publicidad y algunas veces hasta en el área administrativa y legal. Es un tesoro aquí.

—Pame —Saludo de beso cuando la tengo de frente

—Hola, Mille. Me alegra que ya estés de vuelta.

—Gracias, aunque me hubiese gustado quedarme por más tiempo, pero eso es imposible, ya te imaginas.

—Entiendo y menos en este tiempo. Por cierto, ¿cómo está tu familia?

—Muy bien. Gracias por preguntar.

Tardamos unos minutos en hablar de diversos temas, algunos importantes y otros sin relevancia hasta que decido ir al grano para no quitarle tiempo.

—Disculpa la pregunta, pero, ¿no recuerdas donde quedó una carpeta azul que tenía en el primer cajón del escritorio? La necesito para avanzar con mis actividades.

Cuando le pregunto me mira de forma sorpresiva como si no entendiera algo o como si le pareciera raro que le preguntara eso.

—¿No supiste? —pregunta —. En esta ocasión no estuve reemplazándote, lo hizo Arianna.

Inesperado IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora