Capítulo 13

3.5K 334 44
                                    

Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el fututo.

Isabel Allende


—La frase que ahora se me vine a la mente para definir estar situación sería la que siempre menciona mi tía Elena "te entiendo, pero no te comprendo"

—No me hagas reír que mi situación actual es dura, pero, ¿en serio estás usando una frase de la tía Elena? Te desconozco. —No puedo evitar reír al recordar a mi tía y Laura termina riendo conmigo.

—Es que estás igual de inestable que ella y eso me preocupa, mujer. Así que voy a preguntártelo: ¿Te estás poniendo loca?

—¡Ay Laura! —exclamo al escucharla.

—No me vengas con «Ay Laura» que me has decepcionado por tu inseguridad, pensé que eso ya estaba superado. Lo hemos hablado veces y al ver tu determinación en todos los asuntos creí que eso había quedado en el pasado.

Al llegar a la casa le he contado a Laura de la decisión que tomé al no aceptar la proposición de Nelson, y como es de esperarse no ha parado de sermonearme en toda la tarde y noche que queda de este trágico día, pero admito que tiene razón en muchos aspectos. Después que Nelson me «echó» por así decirlo llegué a la conclusión que mi vida en la Agencia cada día se complica más, eso me preocupa porque no quiero un ambiente así de zozobra en el trabajo, pero la única culpable soy yo porque estoy segura que Nelson mañana actuará conmigo como si no hubiese acontecido nuestra conversación. Seguirá haciendo el mismo de siempre.

Entre las múltiples cosas que realicé en el trabajo fue llamar para coordinar el pedido y que lo llevaran a la hora indicada. Luego envié a los correos la invitación para la fiesta de Erick asegurándoles que les quedara claro que él no debía enterarse. Después de todo eso terminé buscando a Anita para que decore el lugar, a ella le encantaba encargarse de ello y lo hace muy bien. Terminé otros pendientes para el evento del Fashion Week, pero aun así la tarde se me hizo muy larga, terminé mi jornada y Nelson en ningún momento salió de la oficina y tampoco fui a despedirme.

Estaba tan desesperada en salir de la Agencia que durante ese tiempo no recordé en ningún momento ir a prevenir a Rodrigo en caso que Nelson fuese a preguntarle, aunque lo dudaba que lo hiciera, pero quería dejar zanjada la cuestión y pedirle que no me delatara. A la salida ya no lo encontré, así que en mi desesperación lo llamé al móvil, pero resultó estar apagado. Desanimada y derrotada llegué al departamento a contarle todo a Laura.

Timoteo ronronea de placer mientras lo acaricio, hay momentos en que siempre he querido su despreocupada vida y este es uno de ellos.

—Estás loca, ni siquiera debo indagar —Vuelve a decirlo otra vez.

—Admito que me equivoqué y lo reconozco —miro los hermosos y cristalinos ojos de Timoteo que están pendientes de mí —, estoy totalmente segura que hoy perdí toda oportunidad amorosa con él.

—No vengas a tratar de arreglarlo admitiendo tu error —reprocha mi actuación de hoy —, pobre Nelson ¿Imaginas el tiempo que le llevó al fin confesarte su sentimiento? Creo que nunca se imaginó que lo rechazarías porque el amor que se tienen es evidente. Estoy casi segura que no había sido tan sincero con ninguna otra mujer. Ese hombre te ama, Mille.

—Es que cada vez que Nelson me habla de amor o me brinda algún gesto cariñoso no puedo ni expresarme y se me vienen tantas cosas a la cabeza.

Cubro el rostro con mis manos al recordar sus lindas palabras, quizás tomé una mala decisión, pero en ese momento me pareció correcta y no queda tiempo para arrepentimientos.

Inesperado IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora