Capítulo 06

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"Las mujeres reales no son perfectas... las mujeres perfectas no son reales"

Anónimo


—¿Qué tienes, Millena?

Reparo en la presencia de Laura al hablarme, he olvidado que hoy no tiene turno y por tanto está en casa. Sentada frente al televisor está comiendo almendras me acerco a ella para intentar parecer que no ha ocurrido nada, pero estoy segura que he fallado en el intento.

—¿Por qué preguntas?

—Te veo llegar como asustada, estas pálida y a esta hora deberías de estar en el trabajo —me mira asombrada —. ¿Acaso te han echado?

—Hubiese sido preferible.

—¿Qué te ha ocurrido para que prefieras que te echen del trabajo?

Apenas volví a la realidad cuando Nelson me pidió que lo dejara besarme. No pude hacer otra cosa que incorporarme rápidamente, salir de la oficina y tomar mi bolso para venirme a casa. En el taxi decidí apagar el móvil y dejar que me invada una sensación agridulce, la adrenalina del momento no había salido de mi cuerpo hasta pisar el departamento. Aquí me siento a salvo.

—Nelson me pidió que lo dejara besarme.

Me recuesto en el sofá dejando salir toda esa sensación de angustia mientras Laura ríe a todo pulmón. Cierro los ojos hasta esperar que mi prima se calme de su ataque de risa.

—Bueno —no consigue aun hablar porque la risa no la abandona —, es que ahora Nelson no sabe cómo seducir a una mujer que hasta pide permiso para besarla. Me ha defraudado.

Hago una mueca al escuchar su comentario burlón.

No lo he pensado bien, pero tal vez lo hizo pensando que me molestaría si lo hacía de forma repentina. Aun así, lo cierto es que en ese momento no me hubiese importado que me besara. ¡Que ironía!

—Ahora que lo pienso, ese fue su error. Estaba dispuesta a dejar besarme, pero cuando lo preguntó comprendí que no era correcto dejar que lo haga.

—Ay Millena, te complicas por gusto. Solo era un beso.

Un beso que podría terminar en mucho más o peor aún, que podría terminar con todo. Tengo que reconocer que me gusta mucho, pero lo que más aprecio es nuestra amistad, con él puedo ser yo misma sin importar lo que piensen de mí. Con una relación fallida terminaría arriesgando todo.

—No es solo un beso. Me conoces y sabes que las cosas me las tomo muy en serio.

—Te conozco tanto que algo te ha pasado para que hayas estado a punto de bajar la guardia.

—Nicolle —termino por confesar.

—¿Qué hizo esa bruja ahora?

—Lo mismo de siempre: molestar. A estas alturas esas cosas no me afectan, pero hay días que una frase despectiva de ella me arroja al abismo.

—Mi Mille —dice llevándome junto a ella enredándonos en un cálido abrazo.

Cuando terminé la Universidad junto a Laura ella me ofreció rentar un departamento juntas, aventurándonos a buscar empleos de acuerdo a nuestros títulos. Aunque dudé al principio, decidí acceder a su oferta y no me arrepiento. Ella es más que una hermana y siempre está allí para consolarme, consentirme y corromperme. Es muy especial para mí.

—Sé que esas cosas no deben afectarme y créeme cuando te digo que no lo hacen. Pero hay un momento que te afligen y llegas a pensar que no eres nadie.

Inesperado IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora