Cap. 7

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—No.

—¿Qué?

—Bobo, claro que sí —le dí un gran beso.

—Me asustaste.

—Pero, ¿y tu vida en Madrid?

—Uh, no importa, viviré aquí, cerca de ti —me separé de él.

—Manu, ¿qué? ¿estás loco? No puedes dejar tu gran vida solo por mí, ni quisiera, si llegáramos a cortar lo cual dudo, que tu vida se arruinara por tu estar en esta isla, eso es lo que menos quiero para ti. Hay un gran mundo allá afuera, y no te quedes sin explorarlo por una simple persona como yo —dije con los ánimos por los suelos —te quiero, pero no puedo dejar que hagas eso.

—Fer, tu no eres una simple persona, eres lo que yo más deseo ahora y siempre, sabes, Madrid no es tan interesante como tú, y yo en serio quiero estar contigo, y como lo acabas de decir, dudas mucho que vayamos a terminar, así que no me importa, con tal de estar contigo estoy bien.

—¿Y tu familia? —dije parandome de la cama- tu familia vive allá, y yo aquí. Recalco Manu, no debes quedarte aquí.

—Ajá —se paró de la cama —¿y me vas a decir que no vas a echar de menos esto? —el muy descarado me abrazó por la cintura y me empezó a dar besos en el cuello y dejándome chupetones, que me hicieron entrar en un trance pero en seguida reaccioné.

—Manu no hagas esa mierda porque me pierdo de la realidad —el muy abusador se empezó a reír —¡MANUEL, JODER!, es enserio, ¿cuanto te vas a quedar acá?

—Tres meses más. Fer, quieras o no me voy a quedar.

—Pero Manu... —me interrumpió.

—Pero nada. Fer, enserio te quiero, y quiero llegar un día a amarte, ¿no te gustaría que eso pasara?

—Sí.

—Bueno, quiero que seas lo mejor que me pase en la vida, quiero que un día camines por el altar —me abrazó por la cintura dejando cierto espacio para poder vernos —y que le digas al juez 'Sí, acepto', quiero que todo eso sea contigo, vamos a tratar de que eso se cumpla, ¿sí?

—Sí —se acercó hasta mí y juntó nuestros labios, los movía con total delicadeza, pidió permiso para entrar su lengua, sedí, me cargó por las piernas y me acorraló en la pared, aún cargándome nos separamos por un instante para tomar oxígeno. Me siguió cargando y me soltó en la cama, estando encima de mí, aún basándonos.

—Te quiero, Fer.

—Yo también te quiero, Manu.

Nos pasamos el resto de la tarde, ahora sí, viendo películas.

—Manu- dije parándome de la cama —me tengo que ir.

—¿Ya? —me cogió del brazo y me jaló hasta la cama poniéndome encima de él y dándome un beso —¿no te puedes quedar hoy?

—Manu, tengo 15 miserables años, vivo con mi abuela y con hermano, se preocupan, hace dos días me quedé con Sara, ellos se preocupan. Además, ellos no saben que me gustan los hombres, y pueden sospechar, a veces estoy listo para decirselos pero no lo hago, y quisiera pedirte un favor.

—¿Cuál?

—Que al momento que yo si esté sumamente listo, tu estés a mi lado y yo tener en que apoyarme si llega a salir mal.

—Fer, no te preocupes, te entiendo, a veces es difícil decírselo a tu familia, porque yo pasé por lo mismo, pero ellos lo tomaron bien. No te preocupes, todo saldrá bien. Y por su puesto, cuenta conmigo.

—Sí, la única e insignificante diferencia, es que tu familia no es latina, y no tienes una abuela con la cual vives y ella es totalmente homofóbica.

—Lo siento.

—No es tu culpa, es de la maldita sociedad que no sirve para un coño.

—Cálmate —dijo poniéndose la camisa. Sí, estaba sin camisa, se podrán imaginar ese torso marcado —ven que te llevo, te dejo en el obelisco.

—Ok.

Salimos del hotel para irnos en moto.

Yo estaba abrazado totalmente a su abdomen soñando que este viaje no acabara, pero no fue así. Llegamos al Obelisco y me bajé de la moto. Eran las 9:30 pm.

—Bueno —dijo.

—Bueno —dije. Nos miramos fijamente a los ojos por 10 segundos y nos undimos en un gran y apasionado beso. Y al terminar nos dimos un gran abrazo que duró aproximadamente un minuto.

—I love you —dijo entre el abrazo.

—I love you too —dije. Y cuando me soltó me dió un beso en la frente.

Y nos despedimos con un simple gesto de manos.


¿Cómo Sería? (GAY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora