Cap. 17

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—Manu... Manu... Manu... Manu despiertate —estaba moviendo el hombro para que se levantará ya que teníamos que bajar a desayunar.

—Umm, dé...jame dor...mir —dijo poniendose la almohada en la cara.

—Joder Manu, despiertate que tenemos que ir a desayunar —dije moviendole el hombro más fuerte.

—¡QUÉ ME DEJES DOMIR, COÑO! —me dio una patada sacandome de la cama y pegándome contra la mesa de noche.

—Auch, coño joder, agh-agh —dije adolorido y tratando de levantarme —, agh-agh joder —dije ya levantado —. ¡¿SABES QUÉ?! —dije gritando —. ¡QUÉDATE AHÍ EN TU CAMA COMO LA MORSA QUE ERES, Y NI SE TE OCURRA DIRGIRME LA PALABRA EN TODO EL DÍA! —a penas terminé de decir esas palabras cerré la puerta con tal brutalidad que se escuchó en la casa vecina.

Bajé hacia la planta de abajo adolorido y enfadado, no podía creer que Manu, mi Manu, mi Novio, me haya metido una patada que casi me deja fracturado y sin aire.

—Uy, ¿pero que fueron todos esos gritos? —preguntó Manoli

—Nada grave, sólo que su queridísimo hijo me grito y me tiro de la cama con una sola patada y casi me deja fracturado y sin aire, pero nada grave —dije con una sonrisa hipócrita.

—Ah sí, Manu siempre ha sido así, desde que era muy pequeñito, el me jalaba los pelos y a su padre le pelliscaba.

—Pues que se joda, porque a mi todavía me duele todo el cuerpo, y sólo porque lo toqué suavemente para que se levantara —esta rió y me sirvió el desayuno, eran hotcakes con zumo/jugo de naranja, un desayuno demasiado americano.

—Buenos días, señores —decía aquel quien me tiró de la cama mientras yo comía —, y buenos días, Fer —me iba abrazar pero intencionalmente me paré de la silla al haber terminado de comer —¿pero qué te pasa?

—...

—Emm, estoy hablando contigo.

—Manu —dijo Manoli —, no te va a hablar.

—Why?

—BECAUSE YOU KEEP ME OUT OF THE BED, IDIOT! (porque me tiraste de la cama, idiota) -cogí mi teléfono y me dirigí a la habitación adolorido y enfadado.

Me acosté en la cama aún con el dolor en la espalda, en los brazos y en las piernas, fue tan duro el golpe me sacó un hematoma en la pierna. Escuché que tocaban la puerta.

—Pasa.

—Fer...

—Observa —le mostré la pierna —en serio me tiraste muy fuerte, me hiciste un hematoma, me dejaste sin aire, me duele todo el cuerpo, yo sólo te llamé para que y levantaras.

—Amor, en serio...

—Lo siento un coño, no joda, eres rolitranco de mamagüevo, me ibas a partir la mardita pierna er coño, no jodas, sólo porque este que está aquí te quería levantar de la rolitranca cama. ¿Sabes qué? Vete par coño, no jodas, deja la maldita ladilla (Lo siento un comino, eres un idiota, me ibas a partir la estúpida pierna, joder, sólo porque yo te quería levantar. ¿Sabes qué? Vete a la mierda, joder, deja el maldito fastidio) —tal fue mi frustración que lo insulte en dialecto venezolano. Podía notar mi respiración acelerada.

—¿Qué? —no le respondí y este se sentó en la cama y yo me alejé un poco de él —Hey, no te alejes, relájate —me quedé quiero y este en un acto reflejo me agarró las manos —¿Tanta es tu molestia que me tuviste que insultar en venezolano? —asentí —En serio lo siento ¿sí?, tengo muy mal carácter a la hora de la mañana, en serio disculpa por haberte lastimado tanto física como psicológicamente. Y para resolver lo del hematoma, haré algo que te encantará —me cogió la pierna y solté un leve gemido, buscó el hematoma y al encontrarlo, acercó sus labios a mi pierna susccionó mi piel con sus suaves y rosados labios, dejándome así un hematoma más rosado —Do you like? (¿Te gusta?) —asentí —ven acércate —me aproximé a él pensando que me iba a besar, pero lo que en realidad hizo fue succionarme la clavícula derecha y así dejar un chupetón ahí. Me toqué esa parte y la sentí húmeda —de MÍ propiedad —dijo.

Cogí su camiseta, se la quité y le succioné la piel en el pecho derecho, un poco arriba del pezón, aproximándome a su corazón y otro en el lado derecho del cuello.

—De MÍ propiedad —insinué.

Y de ahí no nos besamos, sino que nos dimos un cálido y romántico abrazo, los chupetones valían como mil besos, eran como un anillo de bodas temporal. Pudo haber llegado a mayores, pero él sabía tanto de que no estaba en condiciones físicas debido al golpe, como también de que yo no estaba preparado mentalmente. Lo bueno del momento en que nosotros tengamos relaciones, es que ambos éramos vírgenes.

—¿Estáis listos? —dijo Josemy.

—Sí, pero no me habéis dicho a donde vamos.

—A pues, vamos a la casa de la abuela Ríos. Hace una sopa exquisita.

—Pues eso lo veremos. Mi abuela paterna hace una sopa que te cagas.

—¡Venga ya! —expresó Manu —, montense ya en el coche para partir.

Nos montamos en el carro y en seguida Josemy empezó a conducir.

—¡Y por qué tus padres no vienen?

—Porque tienen algo que hacer en la empresa.

—Un segundo guapeton —dijo Josemy —que es eso que vosotros tenéis en sus cuellos.

Necesitaba que la tierra me tragase y me defecara en Mongolia. Al instante de que Josemy, con todo el atrevimiento del mundo, nos reclamará por los chupetones, me tapé el cuello, como si eso iba a funcionar.

—No te lo tapes chaval, que ya lo he visto.

—Vale, tu ganas. Nos hicimos chupetones ¿contento? —dijo Manu.

—¡UY, PERO QUE VIVA EL AMOR, JODER! —gritó Josemy.

—JODER JOSEMY, DEJA LOS GRITOS QUE SÓLO TE ESCUCHAMOS NOSOTROS! —gritó Manu enfadado, mientras que yo me descojonaba de la risa.

El resto del camino estábamos escuchando Treat You Better de Shawn Mendes, mi amor platónico, pero era mejor que Manu no se enterase.

—CAUSE I KNOW I CAN TREAT YOU BETTER THAN HE CAN. AND ANY GIRL LIKE YOU DESERVES A GENTLEMAN... —cantamos los tres al unísono. Pero después ya habíamos llegado.

Era una casa de campo, se notaba que detrás habían caballos, ya que se escuchaban.

Josemy llamó al timbre, y en seguida abrió una señora de unos setenta años, pero que todavía se mantenía firme.

—¡Abuela! —expresaron estos dos al unísono.

—Hola mis niños ¿Cómo están? —le dio un abrazo a ambos y después me vió —¿Y quien es este guapetón? —me sonrojé.

—Ah sí, abuela. El es Fernando, mi novio.

—Hola... —dije temeroso.

—¡Hola mi amor! —se me lanzó encima y me abrazó —mucho gusto, mi nombre es Clara.

—Ho...Hola, mi nombre es Fernando, pero me puede decir Fer.

—Enhorabuena Manu, tienes un novio demasiado tierno. Venga, os invito a pasar.

La casa tenía un estilo campestre, muy acogedora y cálida.

—Sentaos en las sillas que ya os traigo la sopa.

—¿Qué tal la abuela Ríos, Fer? —preguntó Josemy.

—Demasiado agradable y cariñosa, se ve que es muy maja.

—Bien guapetones, aquí está la sopa —cuando me sirvió, cogí la cuchara para dar empezar a comer pero esta me detuvo —espere un momentito señor. Antes de comer hay que escuchar el himno del Reino de España —subí la ceja ante el comentario y Manu me miró.

—Fer, es costumbre.

—Vale...

Este sería un largo día...

Esta parte tendría más sentido sí Wattpad no hubiese quitado los audios.

¿Cómo Sería? (GAY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora