¿Cómo Sería? (GAY)

Cap. 4

Querido destino: sólo te pido otro encuentro casual para ver una vez más sus ojos. Tiene café en la mirada.

—Wow, qué patán es ese tipo —dijo Alejandra al contarle lo que me había pasado anoche.

—Sí, yo ahí todo ilusionado, pero bueno, que más da, así es la vida —dije.

Sonó el timbre que decía que ya era la salida. Por fin, ya no quería seguir en ese retén de menores. Iba caminando con las chicas y vi que había un montón de chicas en la entrada.

—¡Joder, que coño pasa! —exclamó Alejandra.

—Emm no sé —dije.

—Anda a ver Fer —dijo Sara.

—¿Por qué yo?

—Porque tu eres el hombre. Anda ve.

Fui quejándome. Había un montón de gente empujándome, y yo me ponía de puntillas para ver quien era.

—No...- dijo mi subconsciente.

Voltee y me dirigí a la parte de salida del instituto.

—¡Fer, Fer. Espera un segundo!

—Sigue caminando, no le prestes atención —decía mi subconsciente. Me detuvieron del brazo —Joder.

—Joder, espera un segundo —me dijo Manu. Respiré profundo y respondí.

—¿Cómo coño sabes que estudio aquí?

—Bueno, ayer te seguí hasta tu casa, supuse que hoy tenías clases, así que me levanté a las seis de la mañana y luego a las siete estaba abajo en tu portal escondido, esperando a que salieras, esperé un buen rato, y cuanto te vi salir, te iba a detener, pero no quería que llegaras tarde por mi culpa, asi que te seguí hasta el instituto, y como yo sabía que salen a las dos del instituto, te esperé afuera.

—¿No preferiste esperarme escondido para no formar todo este escándalo? Ah claro, pero como te gusta hacerte notar preferiste esperarme a la vista de todos, eres un engreído —dije y luego me iba a voltear pero él me detuvo.

—Oye, en serio disculpa, no sabía lo que decía, es que a veces se me olvida que soy una persona como cualquier otra, en serio disculpame.

—No es sólo por mí, lo pudieras hacer con todo el mundo, y la verdad es que eso es desagradable; es desagradable comportarse como una persona de la alta sociedad y como un fanfarrón, no vas a cambiar.

—Entonces ayúdame a cambiar ¿si? Ayúdame a ser una persona humilde y como cualquier otra.

—¿Yo? Pero si yo sólo soy un chico de 15 años, que ni si quiera sabe que coño hice para que te fijaras en mí.

—Te diré que fue en lo que me fijé de ti. Tu humildad, al decirme que lo sentías y que me podías pagar el café, tu tierna cara, me encanta la manera en que sonríes y cuando bajas la mirada por vergüenza, cuando te sonrojas. Todo lo que en apenas en tres días he notado de ti que nunca nadie me había hecho sentir algo así por una persona, pero tú lo hiciste.

Me sonrojé, enserio me sonrojé, nunca en mi estúpida mi vida, ni si quiera mi familia, me habían dicho algo así —marica (No mal interpretar, esta expresión se usa en mi país para dirigirse a una persona indiferentemente de su orientación sexual) se te está declarando, no me lo creo, no sé, dile algo bonito, usa la labia, pero hablale, no te quedes petrificado idiota —decía mi subconsciente, como lo quiero.

—A la mierda —dijo él. Me agarró del cuello de la camisa acercándome hasta él y juntó nuestros labios.

Dios mío, no lo podía creer, hasta que reaccioné, y le correspondí, besaba exageradamente bien, sus labios eran satisfactoriamente suaves. Nos olvidamos del mundo exterior y profundizando más ese beso.

Al terminar el beso sonreímos con nuestros labios juntos, escuché a un montón de chicas gritando, tomando fotos y también gritaban «Love wins» y todo eso. Me ruboricé.

—¿Tienes boli? —me dijo.

—S-si —respondí nervioso —ten.

Lo tomó y escribió su número en mi brazo.

—Escríbeme —dijo con una sonrisa pícara —adiós —se acercó y me robó un beso.

—A...adiós —dije.