Celos
La sangre le hirvió en las venas con aquella visión. ¿Cómo se había atrevido ese idiota a abrazar de ese modo a "su" Kagome y en contra de la voluntad de ella? Porque ella no había querido, ¿cierto? Él mismo notó cuando ella retrocedió unos pasos, con una expresión perturbada en su rostro. ¡Ese infeliz la estaba agrediendo!
— Kouga... —balbuceó la azabache desconcertada al fijarse en sus facciones endurecidas. Se giró por completo hacia él, soltándose del suave agarre de su amado, quien parecía bastante confundido.
El oji-celeste tenía las manos empuñadas y la mandíbula apretada, emitiendo ¿un gruñido? Sus ojos zafiros brillaban con ferocidad en medio de la oscuridad, enfocándose en Inuyasha como un lobo salvaje al asecho. Ésta era la primera vez que Kagome lo veía de esa manera y aunque había convivido tanto tiempo con Kouga y creía conocer todas sus facetas, nunca imaginó llegar a sentir temor de él y de lo que podría hacer...
— ¿Qué no me oíste? ¡Te dije que la soltaras! —berreó el hombre de piel morena, lanzándose sobre el joven Taisho, separándolo de un empujón del lado de Kagome.
Antes que cualquiera de los dos pudiera reaccionar, Kouga sujetó firmemente la muñeca de la azabache y de un tirón, la jaló hacia él, escudándola detrás de su cuerpo para protegerla, sin soltarla en ningún momento.
Desde un principio supo que la llegada de ese sujeto no traería nada bueno. No es que estuviera en contra de aquellas personas desdichadas que llegaban a la isla por algún naufragio de su barco o cualquier otro medio catastrófico, pues así como él y sus amigos habían llegado a ese lugar perdido y olvidado del mundo, le podía suceder a cualquiera. De hecho, nunca nadie había encontrado el pedacito de tierra, al cual llamaban hogar desde hace ya ocho años. Era extraño tener a alguien nuevo en la isla...
Cuando Kagome le solicitó ayuda para auxiliar al forastero, no dudó en acudir a su llamado, pues ella se veía muy asustada y suplicante cuando fue en su búsqueda... ¿Cómo negarse a su desesperada petición? Además de tratarse de una vida que luchaba por sobrevivir, era imposible oponerse a la necesidad de una persona... era cuestión de humanidad. No obstante, al revisarlo, su perspectiva cambió radicalmente...
Su absoluta desconfianza se radicó en las lesiones que vio en el cuerpo de ese hombre, las cuales le indicaban claramente que no se trataba de una blanca palomita "accidentada"... Tenía una herida de bala, lo cual lo hacía dudar de su procedencia. ¿Cómo confiar en alguien así? ¿Qué clase de persona sería? Podría ser un asesino o un prófugo de la ley... ¡Podía ser peligroso!
Fue por ese motivo que procuró mantenerlo vigilado mientras cualquiera de las mujeres estuviera cerca. Por alguna extraña razón, todas las chicas habían querido permanecer cerca de ese tipejo y "cuidarlo", por lo que se vio forzado en organizar horarios para turnarse con los hombres de la isla y permanecer en alerta para cuando él despertara. ¿Qué tenía de especial? Y lo más importante, ¿por qué demonios todas se habían peleado como locas por permanecer cerca de él? Menos mal que la anciana Kaede había impuesto orden, aunque designara a Kagome la tarea de asistirlo junto con ella, muy a su pesar. ¿Por qué ella?
— ¡¿Qué es lo que te pasa? ¡¿Cómo te atreves? —refunfuñó Inuyasha al verse agredido, ocultando su afectación por el golpe recibido sobre su hombro herido. ¿Acaso ese imbécil estaba tratando de quitarle a "su" Kagome?— ¿Quién eres tú y con qué derecho...?
— Eso mismo es lo que te pregunto a ti —lo interrumpió Kouga rápidamente, posándose en frente suyo y manteniendo a la chica detrás de él, mientras le mostraba sus blancos dientes—. ¿Quién eres y cómo llegaste aquí?
— ¡Yo pregunté primero! —rezongó el oji-dorado, mostrándole a la par su perfecta dentadura, mientras empuñaba sus propias manos—. ¿Acaso no te enseñaron que no debes entrometerte en las conversaciones ajenas? Estábamos hablando muy a gusto hasta que apareciste tú —dijo ente dientes, mirando de reojo a una asustada pelinegra, quien intentaba soltarse del fuerte agarre sobre su muñeca.
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Marcados por el Destino
RomanceEsta historia no me pertenece es de Peachilein de fanfiction.net y los personajes pertenecen a la increíble historia de Inuyasha. esta historia es para cualquier fan de este increíble anime y que quiera experimentar otro giro de los acontecimientos...