Capítulo 14

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El beso tardó tanto que ambos nos quedamos sin aire así que nos separamos para poder respirar pero seguíamos tomados de las manos.

S -extrañaba tanto el dulce sabor de tus labios- dijo agitado.

Yo me sonrroje y baje la mirada.

S -también. Extrañaba eso ¿que estoy diciendo? Extrañaba todo de ti-

Levante mi cabeza y le sonreí al notar que el sonreía. Volvió a acercarse a mi y nos besamos, esta vez compasión, el mordió mi labio inferior y provocó que yo gimiera, me separe un poco pero el no dejó de besarme y espero no lo haga. Sus manos bajaron a mi cintura y las mías envolvieron su cuello, volvió a morder mi labio y entonces entendí que es lo que quiere, abrí más mi boca y dejé que su lengua entrará para jugar con la mía, dejó de besarme y dio pequeños besos en mi mejilla izquierda y mi cuello, ahi dio un pequeño mordisco, mordi mi labio inferior para ahogar un gemido.

S -te necesito- susurro a mi oído agitado.

A - yo también- mi voz sonó entrecortada.

Se separó de mi y me vio a los ojos.

S -este lugar esta muy lleno- dijo viendo el estacionamiento -seguro dentro del restaurante también, que te parece si compramos comida para llevar y vamos a mi apartamento- sonrió.

A -si... -dije segura- vamos-

El tomo mi mano y sentí recorrer por mi espalda un ligero cosquilleo. Caminamos asta su auto y abrió la puerta del copiloto para que yo subiera y lo hice, sin cerrar la puerta el se agachó para estar a mi altura.

S -iré a traer la comida, quédate aquí, no te vallas a ir eh- me dio un corto beso en los labios y se fue.

Sonreí al verlo alejarse.

Simon regresó con la comida y la puso en el asiento trasero para después subir al asiento del piloto. Durante el camino ninguno dijo nada pero íbamos tomados de la mano.

Llegamos a un edificio de como 30 pisos, el bajo la comida y me ayudó a bajar. Subimos al ascensor y el silencio me estaba matando.

A -¿cuando regresaron?- dije para aminorar el tiempo.

S -hace como un mes. Desde que llegue te busque pero tu nunca me diste tu dirección así que fui a la casa de Laura pero al parecer se mudó- dijo sonriendo.

A -si, se mudó hace unos años para vivir más serca de su escuela-

S -ósea que tu y ella ya no se ven-

A -¿estas loco? Claro que la veo, todos lo fines de semana para ser exacta, ella y yo seguimos siendo las mejores amigas- dije riendo.

S - me alegra tu y ella siempre han sido inseparables- se acerco a mi me dio un lijero beso, en ese momento el ascensor se abrió.

Entramos a su apartamento muy masculino a decir verdad. El entró a la cocina para sacar la comida.

A -¿tu y Jessie viven aquí?- entre a la cocina.

S -no, ambos vivimos en la casa de mis padres, ellos se quedaron en Nueva York y nosotros regresamos, yo para hacerme cargo de la empresa de mi padre que esta aquí y para volver a verte y Jessie, bueno Jessie regresó sólo por extrañaba a esta ciudad- dijo riendo y yo también reí.

A -¿y entonces de quien es el apartamento?-

S -es mío, lo compré para mi, aquí puedo venir cada vez que yo quiera y para lo que sea- dijo relajado.

A -pues que bien- sonreí.

S - bueno señorita sientese que vamos a comer-

Me senté en una de las sillas del comedor y el se sentó junto a mi, ambos comimos entre risas, me contó acerca de lo que hiso en N. Y y sus experiencias allá, también que su padre le dio la Subdirección de su empresa la cual se encarga de distintas fundaciones de caridad, yo no le conté mucho de mi, sólo como me va en la escuela y cosas así.
Después de comer nos fuimos a la sala y ambos nos sentamos en un sofá grande frente al televisor, el puso la película que vimos la primera vez que nos besamos, ("bajo la misma estrella") pero nuevamente no pusimos atención por estar basándonos.
De cortos y pequeños besos pasamos a besos apasionados y largos. La temperatura comenzó a aumentar entre ambos, me recoste en el sofá y el se puso sobre mi sin dejar de besarme. Bajo sus beso a mi cuello y daba lebes mordiscos que provocaba que yo gimiera, sus manos acariciaba mi cintura y parte de mi estómago mientras las mías acariciaba y apretaba su cabello. Quitó mi blusa de una manera inmediata, por suerte mis moretones ya no se notaban. Comenzó a besar mi pecho y a apretar mis senos por ensima de mi sostén.

Infierno En CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora