Vlood [Kim Taehyung]

26.

—¿Hoy tampoco vendrá? —Preguntó Rose mirando a su amiga.

Jen miró a un lado de ella hacia ese lugar vacío en donde debería estar V. Aquellos tres días se habían convertido en más de una semana. Tampoco se había comunicado con ella o Jungkook.

—Está... algo ocupado Rose.

—¿En qué?

Jen la miró y levantó una ceja.

—Está bien, no pregunto.

Al terminar las clases salieron de la universidad.
Jen tomó a Rose del brazo y la detuvo.

—¿Comemos juntas?

—No puedo —respondió Rose frunciendo la nariz—. Olvidé decirte que iré con mamá Jen, lo siento. En verdad lo siento.

—Descuida, ya comeremos juntas otro día. Yo puedo ir sola.

—Pues no, ya no hace falta —mencionó Rose entrecerrando los ojos.

—¿A qué te refieres?

Rose apuntó con su dedo y Jen volteó hacia atrás de ella para ver lo que señalaba su amiga.

Jungkook estaba ahí parado. Sonriente, como siempre.

—¿Por qué hoy? ¡Cielos madre! —Renegó Rose.

—Ya puedes irte Rose —dijo Jen y la miró con burla.

—Pero...

—¡Ahora! Llegarás tarde.

—¡Ah! —Rose comenzó a patalear.

—¿Estás haciendo berrinche?

—Te odio, amiga.

—Yo también.

—¡Ah! Bien —Rose miró hacia un lado y puso una mano en su cadera—. Tal vez, si hoy no llego muy tarde, pase a verte.

—¿A mí? —Preguntó Jen, insinuando que era a su visitante al que su amiga quería ver.

—¡Sí!

—Ok, adiós.

—Adiós —se despidió Rose, dio media vuelta y avanzó.

Jen caminó hacia Jungkook y levantó la mano para saludardo pero éste la abrazó entusiasmado.

—Wow...

—Lo siento —Jungkook la soltó y la tomó de los hombros—. Suelo ser muy cariñoso cuando me emociono.

—¿Estás emocionado?

—Sí —respondió aún más entusiasmado—. ¿Recuerdas lo que te pedí hace unos días?

—¡Oh! Lo del vehículo —habló Jen al recordar lo que le había pedido Jungkook—. ¿Quieres que vayamos a buscar alguno?

—Nop. Ya no hace falta.

—¿Ya no lo quieres?

—Ya lo tengo —respondió y alzó varias veces ambas cejas con una gran sonrisa en su rostro.

—¿Ya tienes un auto?

—Algo mucho mejor.

Jungkook se apartó de la vista de Jen, se colocó a su lado y señaló hacia la calle.

—¿Una moto?

Era grande, negra y tenía flamas estampadas.

—No es una moto —dijo Jungkook, caminó hacia la moto y la acarició—. Es mi bebé.