Cuarto día de apuesta. 2/2

3.5K 339 57
                                    

Una sonrisa de molestia se formó en los labios del moreno que desde hace rato sostenía un sin fin de prendas para la mujer que al parecer era madre de McQueen, en su ojo derecho se había desarrollado un ticn sobre todo al escuchar las miles de quejas de la mujer sobre temas absurdos y más cuando ella esperaba respuesta del atractivo corredor.

Suspiró soltando la ropa -¿Sabe que? Vayase al demonio vieja bruja los brazos de Francesco duelen como la muerte- soltó mientras comenzaba a estirarse y daba media vuelta para salir de la tienda gruñendo. -Sería menos cruel vivir en el mismísimo infierno... Ah no esperen... Lo vivo desde que ésa BRUJA llegó a mi vida... ¿Cómo es posible que algo tan lindo como mi piccolo haya salido de una anciana como ésa?- soltó un quejido mientras negaba.

-Ensima tendré que soportar mi fín de semana solo porque McQueen quiere llevarla de paseo ¡¿Y yo qué?! ¡TAMBIÉN TENFO NECESIDADES, EL SEXO ES LA PRINCIPAL! PERO NO COMO MC-

-¿Como McQueen que, cielito?- preguntó el rubio mirandolo con el seño fruncido y los brazos cruzados.

-Eh... Eh... N-No nada amor- soltó abrazandolo -Nada, Francesco no ha dicho nada-

-Éso pensé...- lo miró -De todos modos esta noche duermes en el sofá-

-GHA- hizo un gesto -HEY ES CASA DE FRANCESCO, LA CAMA DE FRANCESCO, LA CASA DE FRANCESCO-

-Si y yo soy el NOVIO de Frances y si Francesco quiere conservar a su NOVIO debera OBEDECERLO-

-Esta bien piccolo...- soltó derrotado.

Non si allontanano(No me des la espalda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora