Ragazza Carina.

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La familia se encontraba en la mesa, mientras McQueen comenzaba a dejar algunos platillos sobre esta —Es muy lindo tenerte, ahora, como hija Sakura—

—Claro, como al piccolo lo respetan y no es el que paga las porquerías que hacen, "es muy lín..."— Francesco tragó saliva callando en automático al ver la expresión asesina de su pareja —¡E-Es un placer adquirir más deudas contigo, escuela, ropa, comida!— el castaño abrazó a la joven chica mientras McQueen volvía a sonreír.

—Lo que cruje aquí es que... ¿dónde dormirá la mocosa?— Alister hacía girar el agua en su vaso.

—Con Max/Jill, por supuesto— Francesco y McQueen se miraron manteniéndose en silencio durante un largo periodo de tiempo.

—¡Con Max/Jill!— volvieron a gritar ganando un suspiro de los tres chicos presentes y el desconcierto de la joven.

—¡Con Jill! Así Francesco se asegura de que no meta delincuentes a la casa— soltó el castaño.

—¿Ezkiusmi?— Jill se colocó la palma abierta sobre el pecho con expresión exagerada.

—¡No! Se quedará con Max, su habitación es la más grande, luego de la nuestra— soltó McQueen.

—¿Porqué no duerme con el perro?— el mayor, Alister, sonrió.

—Pero nosotros no tenemos perro— murmuró Max con un pockerface.

—Pero en las tiendas de mascotas hay muchos— solto Jill con una sonrisa.

Sus padres los miraron frunciendo el ceño, antes de recibir un regaño, el timbre hizo eco.

—¡Yo abro!— Alister  salió disparado a la puerta.

Cuando llegó a esta miró por una de las ventanas a los costados de esta encontrándose con la dulce figura de Dylan, distraído en un libro, ¿podía alguien  ser más perfecto?. Sonrió mirándose al espejo, acomodando su ropa y cabello, haciendo algunos gestos buscando una expresión seductora perfecta. Suspiró girándose para abrir, topándose con su hermano más joven abriendo tras sonreirle murmurando un simple "con permiso".

—Hola Dylan— Max miró detrás de el buscando algo —¿Vienes solo?—.

El muchacho no pudo evitar sonreír acariciando suavemente los cabellos castaños de Max —... Si, lo lamento pequeño— el susodicho solo infló las mejillas cruzándose de brazos.

—... No es justo— el pelinegro río con suavidad mientras Max caminaba enfurruñado al comedor.

—Hey Dylan— el pelinegro miró al frente cruzando su vista con Alister temblando.

—... Hola...—

Non si allontanano(No me des la espalda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora