Capítulo 10. ¡Muérdago!

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La mamá de los Blanco se fue en su lujoso auto con Finn—que por cierto, por su culpa tengo un moretón— me parecía algo intrigante el comportamiento de ella. Tenía un poco del carácter de Jorge, bueno, nunca ví a Jorge en ese estado pero él es muy egocéntrico, narcisista.

Pero aveces podía presenciar cierta dulzura en sus ojos, en el parque lo demostró. Sus ojos tenían un brillo, que no era malo.

Negué con la cabeza, necesitaba trabajar y después de que la Sra. Blanco se fuera me quedé como idiota en el lugar del ‘enfrentamiento’. Cuando comencé a caminar, alguien saltó a mis brazos.

—¡Tini!—el pequeño Danny— ¿Donde estabas? Quería llenarte de pastel —dijo incluyendo una risa.

—Estuve haciendo cosas personales, pero antes de que me hagas una travesura ¿por qué no está decorado? —pregunté.

—No entiendo —dijo con esa voz que hacía que mi corazón se derritiera, era tan tierno.

—Bueno, casi es navidad y también año nuevo —le expliqué— ¿Por qué no está decorado?

—¿Navidad? ¿Año nuevo? —ladeó su cabeza.

—¿Nunca celebran?

—Nop, oh es eso donde se pone un arbolito con luces y...y todo como en la televisión —dijo emocionado.

—¿Sabes? Vamos por tu hermana y busquemos a Lety para ver que podemos hace ¿vale? —asintió, con una sonrisa en su rostro.

[…]

—Espera, eso va en la entrada —corrí hacía Danny.

Una hora después, Lety pudo conseguir que la Sra. Blanco accediese a que pudiésemos decorar la mansión. La pequeña Lucy ayudaba con Lety en el árbol, estaba quedando todo hermoso.

Mientras tanto, Danny quería colocar el muérdago en la escalera de caracol. Sin embargo, creo que seria mejor si estuviera en la entrada. Danny y yo comenzamos a llenarnos con nieve falsa, que compramos para fingir la nieve. Él me perseguía y yo corría pidiéndole ayuda a Lety y a Lucy, pensé que iba a ser inútil. Pero Lucy corría a su hermano con pequeñas risas. Lety corría a Lucy para que no se golpeara.

—¿QUÉ SUCEDE AQUÍ? —nos detuvimos de golpe al escuchar a Abril.

Mordi mi labio, pero decidí que Abril era muy joven como para estar muy amargada... Así que le quité el aerosol de nieve falsa a Danny y le lancé un poco a Abril.

—Si vuelves a hacer eso...

Otra vez.

—Bas...

Otra.

—Estoy hablando enserio-

Una más.

Gritó y comenzó a correrme, obviamente también corría solo que yo lo hacía por que la adolescente quería matarme. Gritaba ‘ayuda’ y Danny, Lucy y Lety iban uno detrás de otro. Me reí estaba pasándola bien apesar de mis problemas.

Llegamos a la parte trasera de la mansión, donde se encontraba la piscina enorme. No dudé en lanzarme seguido de los demás, no me esperaba a que me siguieran.

Por suerte Lety tenía a Lucy entre sus brazos cuando se lanzaron. Danny al parecer sabía nadar al igual que April.

—Esto sucede cuando me molestas —Abril comenzó a lanzarme agua con sus manos.

Los demás hacían lo mismo, cualquiera diría que parezco una niña haciendo esto. Pero no me importa todos, tenemos un alma de niño en nuestros corazones.

[…]

Entramos riendo a la mansión, esta vez cada quien dirigiéndose a su habitación para quitarse sus ropas mojadas. Lety ayudaría a los pequeños con eso, mientras que... Bueno, yo podía morir de pulmonía.

¡Qué exagerada!

De nuevo esa odiosa vocesita en mi cabeza. En parte tenía razón, estaba siendo exagerada.

—¿Qué sucedió aquí? —me giré para encontrarme con ojos verdes.

—Sorpresa —murmuré. Me acerqué lentamente hasta quedar frente a él—, decidimos decorar la casa algo navideño.

—No creo que sea buena idea, me parece que deberían de quitarlo ahora —dijo con la voz fría.

—No.

—¿No?, Además ¿por qué estas mojada? —dijo mirándome de pies a cabeza.

—No quitaré la decoración —dije firmé—, respondiendo a tu otra pregunta estuve jugando con tus hermanos y Lety. Y pues salí perdiendo yo.

—¿Todo tiene que ser tan alegre para ti? —saltó con otra pregunta.

—Si —respondí, no sabía porque cambiaba de tema. Además el perfectamente sabía, que yo tenía problemas así que no era todo tan alegre.

—¿Entonces porqué te fuiste y Rompiste nuestra salida? ¿Muy alegre dejarme plantado? —su voz se elevó.

—Y-Yo...—deja tartamudear — tuve que irme, me voy a mudar —dije finalmente.

—Sabes estuve como una hora esperando por ti, hasta pregunte por ti —reclamó— ¿sabes cuan estúpido me vi...?

—¡Muerdago!

Uní mis labios con los suyos.

Un Color Nuevo Para Tu Mundo | JORTINI |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora