Capítulo 17 (Editado)

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MICHELLE

Estaciono mi auto en el condominio desgastado y sonrió al ver a Lis junto a Lucy y Hannah esperándome en la entrada.

- ¡Michí! – chillan las tres acercándose.

- ¡Chicas! – grito con una sonrisa. – Las extrañe tanto.

- ¿Cuánto ha pasado desde la última vez que te vimos?

- Un mes y medio. – respondo sonriente.

Hace un mes y medio, me di de baja en la universidad local de Richmond y estaré tomando clases en línea algunos días. La decisión fue tomada hace semanas, cuando visite Mystic Falls y encontré un bonito edifico para establecerme.

Nathan no estuvo contento con mi decisión y mis padres no saben que vendí mi apartamento y me establecí aquí. Michael despareció del mapa, Stephen me aviso que se iría a Australia para visitar a unos tíos lejanos pero aun así, es difícil creerle.

Mike es un licántropo y pienso que Stephen también lo es, al igual que mi teoría sobre Nicholas, persona que me ha llamado en todo este lapso de tiempo y que me tiene en las nubes.

Muy cliché, lo sé.

Las chicas me ayudan a bajar mis cosas y juntas, entramos al condominio. Después de esperar varios minutos en el ascensor, llegamos a mi piso y caminamos hacia mi puerta.

- ¿Tienes todo aquí? – pregunta mi amiga, mirando mi maleta.

- Solo el resto de mi armario, lo demás llego aquí hace una semana. – las chicas asienten y con su ayuda, me instalo en mi nuevo apartamento.

Oficialmente vivo en Mystic Falls.

Y descubriré aquellos misterios que le envuelven.

(..)

- Michelle, tranquila. – susurra Nicholas a mi lado, mientras conduce.

- Es tu familia, Nick. – respondo nerviosa. – ¡No estoy tranquila!

Nicholas ríe ante mi estúpida reacción y después de desaparecer entre tanto verde, llegamos a una mansión.

Abro mi boca debido a la sorpresa y Nicholas ríe.

- Esto es impresionante. – murmura embelesada.

- Es normal. – se encoge de hombros.

La mansión esta en medio de la nada, lo único que rodea la estructura es bosque.

Pobres, no deben tener internet ni señal.

Nick estaciona el auto en la entrada y un hombre mayor me abre la puerta y después me ayuda a bajar.

- Joven Nicholas. – saluda aquel hombre. – Señorita.

- Michelle, me llamo Michelle. – le sonrió.

- Pasen, su familia le espera en el salón. – Nick toma mi mano y me sonríe, entramos por la gran puerta de madera y comienzo a temblar.

Este lugar da miedo por dentro.

- Son algunas de las cazas de Anthony, mi padrastro. – me explica Nick, y en definitiva estas cabezas dan miedo, no parecen la obra de un humano, sino de una bestia.

La mirada que reflejan aquellos animales disecados es de terror.

Asiento ante la explicación de mi acompañante y entramos al salón, creo.

Una mujer pálida y con el cabello rojo me sonríe de manera fría y a su lado, un hombre fornido y tenebroso asiente en modo de saludo, junto a ellos hay dos jóvenes; uno de cabello castaño y una chica de cabello negro.

- Michelle, ella es mi madre; Zarret Bondes. – señala a la mujer y esta me abraza con una sonrisa hipócrita. – Mi padrastro; Anthony Bondes. – el hombre estrecha su mano y dudosa, termino aceptándola. – Y ellos son mis primos; Mark y Tatiana. – los chicos me sonríen tímidamente y después abandonan el salón.

Vaya, adiós.

- Madre, Anthony; ella es Michelle Rivaldo, mi novia. – los dos adultos jadean por la sorpresa y me miran con incredulidad.

Si, somos novios desde hace dos días de mi llegada aquí.

- ¿Novia? – ¿Rivaldo? – preguntan ambos al mismo tiempo.

- Es correcto. – murmuro tímida.

- ¿Y Jasmine? – pregunta su madre con veneno. – Ella te ama.

Las palabras de esa mujer provocan un escalofrió en mi cuerpo y le miro con seriedad.

Jasmine es aquella chica que se presentó en el hospital, la primera vez que fui internada. Ella se había presentado como la novia de Nick, algo que obviamente me molesto.

Cuando Nicholas me pidió ser algo oficial, le pregunte por ella y el me respondió que ella no significaba nada para él, que no es su novia.

Y por supuesto, le dije el tan cliché, sí.

- Nicholas, ¿una Rivaldo? – pregunta esta vez, su padrastro.

- Jasmine no es nada para mí, Zarret. – responde el chico. – Me gusta, Michelle.

- ¡Es una Rivaldo, Nicholas! – grita el hombre. – ¡Pasado, el pasado se repite!

Abro mis ojos y un flashback llega a mi cabeza.

- La leyenda sobre nuestra familia. – susurra mi padre. – Milo Rivaldo.

- Aquí no, Anthony.

El hombre me observa con malicia y sonríe.

- ¿Sabes que es el, niña? – señala a Nick.

- No soy una niña y puedo suponer que se refiere al término "licántropo". – contesto con el ceño fruncido. – No soy estúpida, señor. – le sonrió hipócrita. – Sé que usted es un perro.

Nicholas me observa sorprendido y después me mira nervioso.

- Saca a esta zorra de aquí, niño. – gruñe la mujer.

- Entonces, debería salir usted.

- ¡Basta! – chilla la mujer. – ¡Me estas faltando el respeto!

La mujer se acerca y hace un amago de abofetearme, cierro los ojos por inercia pero el golpe nunca llega, en cambio, siento una fuerte brisa colarse por mi sistema y luego como un cuerpo me protege de aquella mujer y de su temperamento agresivo.

- No hace falta ser agresiva, Zarret. – murmura mi salvador con burla.

Nicholas le mira con molestia y Anthony parece nervioso, al igual que su mujer.

- ¿Qué haces aquí?

- Escuche que tenían visita y quise venir a cotillear. – desde mi posición le veo sonreír.

- No eres bienvenido aquí, hermano.

¿Nicholas tiene un hermano?

Siento como el cuerpo del desconocido vibra ante la acción de reírse.

El desconocido se gira y me observa con una sonrisa de lado a lado.

Y ahí es donde la curiosidad se enciende.

Esos ojos.

Esos hermosos ojos azules.

- Michelle. – habla con voz ronca. – Soy Loyd, Loyd Jette

Almas Gemelas (A.G #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora