Cambio de planes

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—¿Disculpa? —Nath, ya no sabía si había escuchado bien.

—Sí, Adrien. ¿Podrías hacer unos bocetos de él? No tienen que ser tan específicos como lo que ya hiciste —Hizo un ademán a los dibujos del folder—, pero sí tienen que ser expresiones y posiciones naturales. ¿Te... parece? —Mientras hablaba Nath se ponía pálido. Entonces la duda embargó a la chica. Si no aceptaba, no sabría qué hacer.

Nathaniel no quería siquiera ver al  rubio en pintura. Simplemente no le iba. ¡Dios, era el amor platónico del propio, de Marinette! El pelirrojo, al ver cómo la alegría de Alya se iba apaciguando se sentía peor. No obstante prefería ver por sí mismo en este tipo de ocasiones. El arte es algo sensible y si se hace a la fuerza no se obtienen los mismos resultados.

Nathaniel suspiró con algo de pesar. Y dijo:

—Lo siento Alya, no puedo dibujar a Adrien —Nath no pudo decirle eso mirándola a los ojos. Más bien solo se hizo un poco más pequeño en su asiento.

La morocha lo miró con duda. Y hasta algo de preocupación.

—Y eso, ¿por qué es? Nath, por favor, necesito todos los dibujos.

—Pero ya tienes los que te hice...

—Sí, pero, no son 'todos' como tal.

—Sí, bueno, tú me pediste solo esos.

Alya estaba viendo como su oportunidad se iba entre sus dedos y no podía dejar que eso pasara. Entonces la morocha poniendo la mejor cara de perrito:

—Por favor, Nath, hazlo por mí —dijo algo suplicante.

No era que Alya en serio hablase a diario con el pelirrojo, pero no le caía para nada mal. Es más, en algún que otro proyecto habían trabajado juntos. Era un favor de conocidos, de compañeros, pero de alguna manera creyó que eso funcionaria. Nathaniel era alguien sensible, entonces...

—Lo siento Alya. No es por ti, solo que... no puedo hacerlo.

<<Nop, no funcionó>> pensó la chica deshaciendo su gesto, algo decepcionada.

—Pero...—estuvo a punto de decir la chica, no obstante el timbre sonó.

El receso había terminado. <<Otra vez se me ha ido el tiempo>>. La chica hizo una expresión que le dio risa a Nath, lo cual no demostró, pero fue solo un momento. Estaba pensando en qué hacer. Sin embargo sus compañeros comenzaron a entrar al salón. Y las clases retomarían su curso. Alya no tuvo más opción que irse a su asiento.

Nathaniel al verse de nuevo solo en su asiento se sintió un tanto mal. Alya que había confiado en que le dibujaría cualquier cosa. <<Tal vez, si tan solo no fuese él>>, ahí es cuando el mencionado entró al salón seguido por Marinette que tenía una sonrisa boba en el rostro. Nath se sintió aún peor. <<Si tan solo no fuese él.>>

<*<*<*

Al tocar el timbre Nathaniel salió disparado hacia su casa. Alya no logró decirle nada para intentar convencerlo. Y eso de alguna manera le aliviaba.

Caminó apresuradamente por unas calles, hasta que supo que no se encontraría con nadie del colegio. La verdad es que él vivía algo lejos, pero no le molestaba caminar al ir y regresar a la escuela. Y a pesar de que tenía bastantes compañeros no había casi ninguno que viviera por ahí. Era una zona modesta, y hasta tranquila. Pero pocas veces él salía, tan solo lo hacía para tranquilizarse.

Al entrar a su calle se dirigió a su casa. No obstante se encontró a la señora Tournon, su vecina de al lado.

— ¡Nathaniel! —saludó la señora al divisar al muchacho.

Todo gracias a Alya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora