A la mañana siguiente se despertaron como si fuesen vacaciones, con alegría y despreocupados.
Cada uno de los chicos se arreglo y se dirigió a la escuela. Curiosamente encontrándose en la entrada de ésta. Sus sonrisas fueron de alegría. Era temprano, así que no había nadie más. Pudieron platicar a gusto, pudieron acercarse a gusto.
Y para fortuna de ellos, la primera persona en llegar (después de ellos, por supuesto) fue la misma Chloé. Ella no estaba de mal humor por la desvelada, hasta se había contentado al ver a los chicos. Sin embargo ese fue aviso para ambos que las clases comenzarían pronto, sus compañeros ya llegarían.
—Buenos días, chicos —saludó amable la rubia, subiendo los escalones para platicar un rato con ellos.
—Chloé, ¡hola!/Buenos días, Chloé —Saludaron Adrien y Nathaniel respectivamente.
—Perdonen, pero tengo que preguntar, ¿cuando llegaron a la casa de Nath? (¿Te puedo llamar así?) —preguntó curiosa.
Ambos chicos intercambiaron una mirada, acabaron por encogerse hombros.
—Ni idea. (Y no me molesta Chloé).
Eso molestaría mucho a Chloé, sin embargo, no lo hizo. La chica les sonrió enternecida. <<El tiempo cae en segunda cuando estás con la persona indicada.>> pensó, recordando uno de los pocos consejos que entendía de su padre, el Alcalde.
La joven se quedó ahí por varios minutos, intercambiando palabras con los otros dos, que se iban alejando poco a poco. Si alguien entraba y los encontraba tan juntos, tal vez se les haría extraño. Hubo un acuerdo de no llamar la atención, porque Adrien no quería causar un escándalo y Nathaniel, a decir verdad lo prefería. ¿Y qué más? Nathaniel estaba acostumbrado. Chloé tampoco diría nada, ¿para qué? Prefería estar en buenos términos con Nathaniel y que su amigo no se enojase con ella de nuevo, en vez de hacer una de las suyas.
El tiempo pasó rápido, siendo que sus compañeros comenzaron a llegar y tomar asiento. Aunque la curiosidad en sus miradas se notaba. ¿Desde hace cuanto se llevaba bien Chloé con Nathaniel? Todos se preguntaban. Los rubios decidieron ignorar la atención que estaban llamando. Y Nathaniel se sintió algo incómodo, pero no dijo nada.
— ¿Nathaniel? —Alya preguntó, subiendo los escalones.
Los chicos, que cómodamente habían estado platicando se callaron de inmediato.
—Hola, Alya —saludó el chico.
La sonrisa que se asomó en los labios de la chica fue casi invisible para los demás, pero ahí estaba.
—Nathaniel, quisiera que nos reuniéramos en el receso, por favor —pidió la chica. A Nathaniel no le parecía mal, igual, no tenía nunca nada que hacer en el recreo.
—Sí, está bien —afirmó.
La chica morena notó cómo Adrien la volteó a ver con algo de recelo, ocasionando que su sonrisa se hiciera por fin visible para los demás. Eso le estaba agradando. <<Así que han resuelto su problema. ¡Qué bien!>> se dijo a sí misma, regresando cada escalón que había subido para verlos.
Minutos después el timbre sonó. Nathaniel sorprendió a Adrien pidiéndole que se quedara con él en las clases. Sin embargo Adrien declinó la oferta (a pesar de las ganas que tenía de decir que sí).
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Todo gracias a Alya.
FanfictionAlya le pide un favor a Nathaniel, hacerle unos dibujos de cosas varias para un regalo. No obstante, lo último que le pide que dibuje es nada más y nada menos que a uno de sus compañeros de clase, Adrien Agreste, el súper modelo. Nathaniel se niega...